Pandemia
El número dos de la OTAN: “Cuando vemos a militares desfinfectando residencias reconocemos que les necesitamos”
El subsecretario general de la OTAN advierte de que China o Rusia utilizan el “softpower” para tratar de persuadir a la opinión pública de que su sistema autoritario es más efectivo
Nadie sabe a ciencia cierta cómo afectará esta pandemia a los equilibrios geoestratégicos de este convulso siglo XXI. Antes de que los ministros de Defensa de la OTAN se reúnan por videoconferencia mañana para abordar los desafíos que plantea el coronavius, LA RAZÓN se entrevista con su subsecretario general de manera telemática para reflexionar sobre estos retos. Mircea Geoană (Rumanía, 1958) ocupa este puesto desde octubre de 2019, convirtiéndose así en el primer nacional de un país de la antigua órbita soviética en escalar hasta la cúpula de la organización. Anteriormente fue embajador de su país en EE UU, ministro de Exteriores y presidente del Senado. Comienza esta entrevista con un mensaje de condolencia por las víctimas del cononavirus en España.
¿Cómo es el día a día de la organización en esta crisis sanitaria?
Nuestra Alianza continúa trabajando en sus actividades y misiones, aunque preservando la salud del personal. Podemos decir que la OTAN está operativa, hemos revisado nuestras misiones en Irak y Afganistán para no exponer ni a nuestra gente ni a nuestros socios locales. Pero nuestros comandantes militares nos dicen – y es algo que debemos compartir con la opinión pública- que estamos funcionando plenamente, a un nivel más bajo por supuesto, pero las funciones esenciales están aquí y esto es prueba de nuestra resiliencia y capacidad de adaptación a las circunstancias.
¿Puede utilizar Rusia el coronavirus para aumentar su presencia militar en enclaves como Ucrania?
Hemos incrementado nuestro nivel de vigilancia para que esta crisis sanitaria no se convierta en una crisis de seguridad. Por el momento no hemos visto señales de actores que estén intentado abusar de la situación. Hablando de Rusia, sus tropas tienen presencia en Siria y también tienen que protegerse a sí mismas. Esto no significa que no pueda haber actores estatales o no estatales malévolos que puedan aprovecharse de esta situación. Por eso, nuestro nivel de vigilancia es muy, muy alto y estamos seguros de que continuamos desempeñando este nivel de protección para los 1.000 millones de ciudadanos que viven en los 30 países de la Alianza. También hemos decidido incrementar nuestro apoyo a los socios del Mar Negro como Ucrania y Georgia y hemos tomado medidas para que nuestros socios puedan defenderse ellos mismos en el Norte de África y en Oriente Medio. La OTAN está preparada, por supuesto siempre que haya una petición, para incrementar nuestra presencia en pos de la estabilidad ya sea en misiones de entrenamiento o educación, en la protección cibernética o contraterrorismo. A pesar de la pandemia continuamos invirtiendo en paz y seguridad en la más extensa zona de nuestras fronteras.
Hemos visto que mientras Italia tenía problemas para encontrar la solidaridad de sus socios europeos, otras países China y Rusia le ofrecían ayuda. ¿Qué implicacionespueden tener estos hechos? ¿La OTAN ha detectado un aumento de las fakes news y la propaganda por parte de estas potencias?
Creo que aquí hay varios aspectos. El primero, la necesidad de mostrar solidaridad en momentos difíciles. En la OTAN hemos visto signos de solidaridad y, por ejemplo, los aliados han mostrado solidaridad a las peticiones españolas. También en el ámbito europeo, por supuesto hay un esfuerzo muy fuerte en hacer frente a la crisis y sus implicaciones económicas y sociales. No podemos olvidar que hace tan sólo diez años hubo también una crisis financiera devastadora que hizo que muchos jóvenes españoles, griegos e italianos fueran al paro. Lo que no podemos olvidar es que en momento difíciles debemos ayudarnos. A veces las soluciones no son tan fáciles. Cuando hablamos de otros actores, usted ha mencionado, China y Rusia, hemos visto un incremento de las fake news y desinformación. Rusia utiliza estas herramientas para amplificar las tensiones y las fricciones dentro de nuestras sociedades democráticas, lo ha hecho durante años y ahora lo están haciendo de nuevo. Vemos también a China, con esta aproximación de “soft power”, están utilizando este apoyo facilitado a los países para demostrar que su sistema funciona mejor que el nuestro. Aunque he visto en las noticias que lo test enviados a España no son fiables.
Pero debemos decidir qué queremos ser: continuar siendo sociedades abiertas o autoritarias. Sé que hay ciudadanos en la OTAN y en la UE, jóvenes y mayores, que quieren más esfuerzos para lidiar con la crisis. A veces la democracia es lenta, no lo suficientemente eficiente, pero si se mira en una perspectiva más amplia, ¿dónde le gustaría a un joven español vivir? ¿en una democracia o en un régimen autoritario? Debemos defender nuestro sistema de valores y asegurarnos de que estas medidas excepcionales están limitadas en el tiempo y que ponemos todos nuestros recursos en trabajar en beneficio de nuestros ciudadanos.
Ante la severa crisis económica que se avecina, ¿se podrá alcanzar el2% del PIB en gasto de Defensa? ¿se puede flexibilizar esta meta de aquí al año 2024?
Tengo que aprovechar esta oportunidad no sólo para agradecer al personal sanitario que está en primera línea de lucha contra el virus sino también a los militares españoles, los militares norteamericanos y rumanos que están haciendo su trabajo. Cuándo hay una crisis, hay que utilizar todos los recursos a nuestra disposición. Cuando veo a los militares españoles desinfectados residencias y hospitales y los médicos militares ayudando a los civiles nos damos cuenta de que les necesitamos. Esta pandemia no puede ser una invitación a disminuir nuestro gasto militar sino una invitación a gastar mejor y debemos extraer elecciones. Por eso, no creo que esta dolorosa recuperación de la crisis económica deba tener un impacto en el gasto en Defensa. Además, aunque ahora todos estemos centrados en cómo luchar contra esta pandemia, debemos ser conscientes de que los riesgos de seguridad tradicionales no van desaparecer y debemos luchar contra ellos. El riesgo del terrorismo sigue estando ahí, el riesgo de la inmigración ilegal también, la situación en Oriente Medio… Esta crisis en vez de hacernos más fuertes, nos puede hacer más débiles. Espero que nuestros líderes se den cuenta de que hay que invertir en Defensa pero también poner los recursos adecuados para la recuperación económica y poner en valor la cadena de suministro en el material médico y la alimentación.
EEUU estásufriendo las consecuencias del virus de manera virulenta, ¿teme que la lucha contra la enfermedad debilite a Washingtonen las negociaciones con los talibanes?
No creo que haya un riesgo para EEUU de estar menos centrado en esta específica y muy compleja negociación con los talibanes ni en facilitar un proceso de paz entre los propios afganos. Por eso es importante que a pesar de esta pandemia todos los aliados estemos involucrados. Alemania y Noruega también están desempeñando un papel diplomático en este proceso de paz. Hacer nuestro trabajo en Afganistán es pre-condición para nuestra existencia como Alianza.
¿Cómo definiría ahora las relaciones entre EEUU y la UE?
Espero que esta pandemia anime a ambos lados del Altántico a continuar estando muy cerca porque creo si los políticos occidentales no están cerca va a ser muy difícil lidiar, de manera individual o desde el punto de vista regional, con las presiones del mundo que está cambiando. Habrá consecuencias geopolíticas de esta pandemia, no hay ninguna duda sobre esto. Hay que mantener la solidaridad europea porque el proyecto europeo es muy importante, pero a la vez mantener el vínculo trasatlántico para que se mantenga activo, robusto y útil para las dos partes.
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