Reino Unido
El Reino Unido aguarda dividido el resultado de las negociaciones en Bruselas
El Reino Unido aguarda con la opinión pública dividida el resultado de las negociaciones en Bruselas para dar el pistoletazo de salida a la campaña del referéndum en el que los británicos decidirán la continuidad o la salida de la Unión Euoprea (UE). El 36 % está a favor de romper los vínculos con la UE, el 34 % quiere seguir formando parte de la Unión y el 23 % está aún indeciso, a la espera de conocer el resultado del diálogo con los socios comunitarios, según una encuesta divulgada hoy.
El primer ministro británico, el conservador David Cameron, ya ha descartado que vaya a reunirse esta noche con su gabinete en Londres, como había planeado, dada la complejidad de los contactos entre los veintiocho miembros del bloque común, que se alargarán más de lo previsto.
Cameron, que ha subrayado en diversas ocasiones que espera presentar ante los británicos un pacto que le permita defender la permanencia en la UE, fijará una vez cerrado el acuerdo su posición oficial de cara a una consulta, cuya fecha más probable es el próximo 23 de junio.
Los principales escollos para sellar el pacto, tras dos jornadas de negociaciones, son las normas financieras que afectan a la City de Londres y las medidas para limitar las ayudas sociales a los ciudadanos comunitarios en el Reino Unido.
Una vez el primer ministro británico haga pública su postura, se abrirá una campaña en la que los miembros de su Ejecutivo tendrán libertad para oponerse a la línea oficial -previsiblemente a favor de la UE- y apostar abiertamente por la ruptura.
Los más cercanos a Cameron argumentaron durante la jornada que las dificultades para convencer a los socios comunitarios reflejan el calado de las reformas que exige el Reino Unido al resto de Estados miembros.
Sus detractores, en cambio, insisten en que las dificultades responden a la resistencia de Bruselas a aprobar reformen que beneficien al Reino Unido.
Se espera que Cameron cuente con el respaldo del ministro de Economía, George Osobrne, y del ministro de Exteriores, Philip Hammond, entre otros, mientras que en el bando euroescéptico podría situarse el responsable de Justicia, Michael Grove, si bien las posiciones definitivas no se fijarán hasta que se inicie la campaña.
"No hay negociación que vaya a satisfacer a aquellos que quieren irse, pero la mayoría de la gente quiere que el primer ministro tenga éxito, porque reconocen que es fundamental para nuestros intereses permanecer en un mercado con más de 500 millones de personas pero descartar una integración aún mayor", afirmó el diputado conservador Nick Herbert.
El líder del eurófobo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, que en las elecciones generales de mayo de 2015 recogió cerca de cuatro millones de votos, afirmó que los compromisos que logre Cameron en Bruselas no serán, en cualquier caso, suficientes.
"No puedo imaginar que Cameron vuelva sin alguna concesión de esa gente, porque deben de saber que si envían a Cameron de regreso a casa totalmente humillado, el 'Brexit' estará un poco más cerca", dijo Farage.
Con todo, "no hay una renegociación fundamental"sobre la mesa, sostuvo el líder del UKIP, para quien "el problema es que la palabra 'reforma' en el Reino Unido significa algo completamente diferente"que en Europa.
Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista, primero de la oposición en el Reino Unido, afirmó por su parte desde Bruselas que las negociaciones son un "espectáculo teatral"y que su grupo defenderá la permanencia en la UE con independencia del resultado de los contactos.
Efe
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