Haití pide a las multinacionales que cambien su modelo de negocio en el país

Haití quiere que las grandes empresas que están presenten en su territorio a través de fundaciones cambien su modelo de negocio e inviertan directamente para aprovechar las oportunidades y ayudar a la economía del país.

Este es el objetivo principal de la presencia en el Foro de Davos del primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, que ha desarrollado una agenda centrada en los contactos con consejeros delegados de empresas como Coca Cola, Western Union, Unilever o Accenture.

"En esas entrevistas he visto que hay interés en Haití. Lo que nosotros pedimos es que las empresas cambien la forma de hacer negocios, que pasen de la fundación a la inversión", dijo Lamothe.

En una entrevista a Efe, Lamothe consideró que el terremoto que asoló su país hace tres años, costando la vida a 300.000 personas, debe ser "una oportunidad de atraer empresas que normalmente hubieran ido a otros países y ahora quieren venir a Haití".

Las razones de que ahora quieran invertir, según el primer ministro, es su relación privilegiada con EEUU, su emplazamiento geográfico y la constatación de que el país tiene muchas necesidades que resolver y que representan posibilidad de negocios.

"Tenemos algo que no tienen muchos países. Tenemos un acuerdo preferencial con Estados Unidos, y la cercanía geográfica es una ventaja muy grande. Además tenemos un acuerdo preferencial para la industria manufacturera textil", expuso Lamothe.

A eso hay que sumar "que exportamos a Estados Unidos sin pagar impuestos y que tenemos un código de inversión muy agresivo, que permite estar 15 años sin pagar impuestos y permite transferencias libres de capital y de beneficios las empresas", agregó.

"En Haití necesitamos más electricidad, más agua, más carreteras, y eso son oportunidades para las empresas", subrayó el primer ministro, que indicó que la tarea del Gobierno es "convencerles de que su inversión va a encontrar seguridad jurídica".

"Estamos trabajando activamente en esto, y también en el tema de la seguridad. Ahora Haití es un lugar seguro con 6,5 actos delictivos por cada 100.000 habitantes, una tasa de criminalidad comparable a Long Beach (EEUU)", destacó el gobernante.

Lamothe consideró "el inaceptable nivel de pobreza"como el gran problema del país, donde el 75 por ciento de la población está desempleada y vive por debajo del nivel de la pobreza.

En este sentido, destacó que el Gobierno ha aprobado 13 programas de lucha contra la pobreza, centrados en las mujeres, la infancia y programas educativos de fomento de la formación profesional.

En torno a 1,5 millones de personas se quedaron sin casa tras el terremoto del 12 de enero de 2010, de las que 300.000 siguen viviendo aún en campamentos provisionales, donde se registran altos índices de homicidios, asaltos y violencia contra las mujeres.

Lamothe señaló que el compromiso del Gobierno es haber completado el realojo de todos los damnificados en 2015.

Sobre la petición del presidente Michel Martelly de que la ayuda que llega al país se gestione directamente por el Gobierno y no por las ONG, el primer ministro argumentó que responde a que el Gobierno "es quien mejor sabe qué hay que hacer para reconstruir Haití".

"Queremos trabajar con las ONG, pero no queremos que la ONG sustituyan al Gobierno, que es lo que ha ocurrido en el pasado", dijo Lamothe, que consideró que detrás de la resistencia de entregar el dinero directamente al Ejecutivo existe un prejuicio.

Sobre la Misión de Estabilización de la ONU para Haití (MINUSTAH), destacó que globalmente ha hecho un buen trabajo y expresó su confianza en que su presencia se pueda reducir a medida que se vayan formando los cuadros de la nueva policía nacional.

"Queremos que crezca la policía nacional y capacitarla y reducir la presencia de MINUSTAH, pero mientras tanto su presencia tiene que mantenerse (...). No queremos crear una situación artificial que luego desestabilice el país. Haití es un país estable ahora y queremos seguir así", afirmó.