No es el fin de la guerra en Siria

–¿Está ganando Bachar al Asad la guerra?

–Es muy pronto para decir eso. Es verdad que el régimen sufrió un serio revés antes de que Rusia se involucrara en la guerra, incluso se especulaba con que Asad tenía que retirar sus fuerzas ante la presión de los rebeldes. Ahora, el régimen, con la ayuda de Moscú, está empezando a recuperar terreno, lo que demuestra que si tiene respaldo aéreo, avanza y le quita terreno a los extremistas. Ahora bien, está por ver si el «momentum» de Asad y la consecución de nuevos éxitos se va a mantener.

–¿Se puede ganar la guerra sin enviar tropas sobre el terreno?

–No es posible ganar la guerra sin poner soldados sobre el terreno. Pero lo que sucede es que las fuerzas oficiales sirias tienen la ayuda aérea de Rusia y también de alguna manera el apoyo de la coalición internacional que combate al Estado Islámico. El problema para el Ejército de Bachar al Asad es que está debilitado tras varios años de lucha. Las fuerzas del régimen están amenazadas por las armas de alta tecnología entregadas a los llamados rebeldes moderados. Algunas de estas armas ha caído en manos de Al Nusra y el Estado Islámico. A pesar de todo, si Asad recibe ayuda de países extranjeros estará en una buena posición de ganar la guerra.

–¿Quedan rebeldes moderados en Siria?

–Muchos han sido captados por los extremistas del Estado Islámico y Al Nusra. Es difícil calcular números. Hay gente que puede haber hasta 70.000 los rebeldes moderados. Sin embargo, no han protagonizado grandes victorias ni han actuado como si fueran 70.000. Su actuación ha sido insignificante a pesar de las decenas de millones que han recibido. Tampoco estoy muy seguro de que sean verdaderamente moderados. La gran mayoría de los 200 grupos que hay en Siria combatiendo son islamistas, no son moderados en el sentido de que creen que una sociedad secular y democrática.

–¿Es posible volver a negociar si una de las dos partes está cerca de ganar la guerra?

–Las probabilidades de una solución diplomática serán altas si todos los países envueltos en la guerra cumplen con la resolución de la ONU sobre Siria. El problema es que esos países apoyan a actores no gubernamentales, a los que no se puede controlar legalmente. Rusia debería presionar a Asad para que deje de usar a Hizbulá y a otros actores no gubernamentales, y Occidente debería dejar de armar a los actores no gubernamentales. En su lugar, Occidente debería desarmarles y garantizar elecciones libres y democráticas al final del conflicto.

–¿Quién causa más sufrimiento en Siria, Asad o los rebeldes?

–Los medios de comunicación dicen que Asad. Pero las informaciones en este sentido son poco fiables. Por ejemplo, los medios dicen que Asad cercó Alepo, pero la nueva crisis de refugiados es fruto del asedio de los rebeldes. Ahora, el cerco ha sido levantado por las fuezas gubernamentales , permitiendo que los refugiados se dirijanhacia la frontera turca.