Colonia

Primera condena por las agresiones de Nochevieja en Colonia

En las celebraciones se produjeron una multitud de incidentes delictivos, por los que se han presentado más de 1.000 denuncias

Un acusado se cubre el rostro en los juzgados de Colonia a su llegada a una vista
Un acusado se cubre el rostro en los juzgados de Colonia a su llegada a una vistalarazon

Un refugiado marroquí fue condenado en Alemania a seis meses de libertad vigilada y a una multa equivalente a 20 días de ingresos por robo y posesión de drogas, en el primer juicio por los sucesos de Nochevieja en Colonia.

Casi dos meses después de las agresiones masivas de Nochevieja en Colonia (Alemania) que conmocionaron al país, llegan las primeras condenas. Un joven marroquí de 23 años, identificado como Younes A., fue el primero en comparecer ayer ante la Justicia por un robo que le costará seis meses de prisión en libertad condicional. La noche del 31 de diciembre, cerca de la catedral de Colonia, Younes A. arrancó de las manos el teléfono móvil a su víctima, quien le persiguió, facilitando la detención policial. A la pena por hurto se suma una penalización por posesión de narcóticos, al ser encontrada entre su ropa una cantidad de anfetamina. En un juicio que despertó gran expectación en el país, el acusado reconoció su delito y pidió disculpas a la víctima, que actuaba como testigo en el proceso. Según declaró el fiscal, Younes A., que no tiene documentación ni antecedentes penales, reside en Alemania desde hace un año y escapó de su país entrando ilegalmente a través de España.

También ayer tuvieron lugar otros dos juicios de delincuentes que actuaron en la ya llamada “noche de la vergüenza”. Un ciudadano tunecino de 22 años y otro marroquí de 18 fueron acusados del robo de una cámara de fotos. Aunque el primero tendrá que enfrentarse a una pena de tres meses de privación de libertad por delitos contra la propiedad, el segundo no recibirá ninguna penalización en virtud del derecho penal juvenil que se le aplica dada su edad. “No podemos dejarnos influenciar por la opinión pública. Tenemos que llevar a cabo este proceso como cualquier otro”, declaró Henning Blanke, el presidente del Juzgado encargado del caso, ante las críticas. Al igual que la mayor parte de los hasta ahora detenidos, los acusados no son imputados por delitos sexuales, pese a que las comisarías colonesas ya almacenan 598 denuncias por agresiones de este tipo.

La Justicia alemana ha reaccionado con rapidez ante los graves hechos que sacudieron a un país dividido en torno al debate migratorio, aunque la Policía reconoce que “la mayor parte de los agresores nunca serán atrapados” debido a la “baja calidad” de las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad y a la falta de testimonios fiables. “En las cámaras solamente se pueden ver algunos robos”, explicó el jefe de la Policía local, Jürgen Mathies, quien añadió que la escasa iluminación y la confusión generada por las multitudes imposibilitaron a las víctimas el reconocimiento de los agresores.

Los graves delitos sexuales -tocamientos obscenos, palabras lascivas, incluso dos violaciones- que sufrieron centenas de mujeres aquella noche en pleno centro de la ciudad siguen ocultos en una neblina de misterio. El balance de detenciones hasta el momento es poco alentador: 1.161 denuncias, la mitad de las mismas por asaltos sexuales, frente a 78 sospechosos arrestados. Lo más disonante es que sólo una de las 15 personas que las autoridades tienen actualmente bajo custodia se enfrenta a cargos por delitos de índole sexual.

Días antes, la Policía había asegurado que “la gran mayoría” de los detenidos son inmigrantes ilegales que habían entrado al país recientemente o, al menos, en algún momento de 2015. Siete de cada diez proceden de Marruecos y Argelia, lo que los sitúa en el grupo de refugiados económicos, en lugar de en el de asilados políticos de países en guerra. Entre los sospechosos hay muchos menores de edad.

Un número indeterminado de hombres atacó masivamente a centenas de mujeres en la Noche de Año Nuevo en el centro de Colonia en presencia de numerosos agentes policiales. Las autoridades sólo se percataron de la gravedad de lo ocurrido tres días más tarde, ante la tormenta constante de denuncias recibidas. Desde entonces, el suceso ha fortalecido a los partidos populistas anti-inmigración y ha contribuido a engrandecer las diferencias entre quienes rechazan la acogida de refugiados y quienes se posicionan a favor de la política aperturista de Ángela Merkel.