Evasión de capitales

«Querría recuperar mi vida normal»

LA RAZÓN habla con los dos periodistas que comenzaron a investigar los Papeles de Panamá.

Bastian y Frederik Obermay/ier
Bastian y Frederik Obermay/ierlarazon

LA RAZÓN habla con los dos periodistas que comenzaron a investigar los Papeles de Panamá.

“¿Cómo os sentís tras el seguimiento mediático a nivel global que han tenido los Papeles de Panamá?”. “Raros”, dice a LA RAZÓN Bastian Obermayer. “Muy raros”, enfatiza Frederik Obermaier.

Son los periodistas del momento. Bastian, moreno, de 38 años, y Frederik, rubio, de 32. Los “hermanos Obermay/ier”, para acortar, como se les ha acabado conocido. No porque sean, verdaderamente, de la misma familia, aunque en cierto modo sí, dado el tiempo y el número de historias en las que llevan trabajando juntos. ¿La última de ellas? La filtración más grande de la historia: los Papeles de Panamá.

“Es la historia más grande que jamás hayamos investigado” reconoce Frederik. “Y la historia más grande que investigaremos”, añade Bastian. Ahora, la cuentan en un libro. Los dos comunicadores han conversado con LA RAZÓN justo antes de la presentación en Madrid de “Los Papeles de Panamá: El club mundial de los evasores fiscales”.

Consecuencias personales

En 2013, firmaron los “Offshore Leaks”; en 2014, los “Lux Leaks”. Tuvieron que pasar dos años antes de que estos bávaros pudieran publicar los “Papeles de Panamá” en el medio para el cual trabajan, el “Süddeutsche Zeitung”, espacio de tiempo comprensible, dado el volumen de datos analizados para esta última exclusiva: un total de 11,5 millones de ficheros confidenciales provenientes de la firma de abogados panameña Mossack Fonseca, documentos que abarcaban los últimos cuarenta años de trabajo de la compañía especializada en la creación de empresas “offshore”.

La filtración la llevó a cabo John Doe, su informante, fuente que no ha querido revelar ni siquiera a ellos su nombre, su procedencia, o siquiera su sexo porque “ha visto lo que ha pasado con Chelsea Manning, con Edwward Snowden... con todos los informantes que han salido del anonimato”, comenta Frederik, “se decidió por lo mejor, no revelando su identidad y, de este modo, protegiendo su propia vida”.

Frederik rememora con LA RAZÓN la ironía de trabajar en un periódico y pasar de escribir diariamente a no publicar nada, o apenas nada, durante los duros meses que duró la investigación: “De vez en cuando, compañeros de trabajo y amigos nos preguntaban ‘pero, vosotros, ¿seguís trabajando aquí? ¿Dónde escribís? ¿Qué pasa?’. De pronto, los Papeles de Panamá fueron publicados, y, entonces, pasaron a decirnos, ‘ahora sé qué es lo que me tenía mosca el año pasado”.

La investigación fue extenuante desde un punto de vista personal, pero las pistas que iban descubriendo y las historias que encontraban a lo largo de la investigación les servían como motivación para continuar en ella “a pesar de que tuvimos menos tiempo para dormir, menos tiempo libre, también menos tiempo para nuestras familias”, señala Frederik.

Ahora, todos son halagos por su labor. De su familia, de sus amigos, de sus colegas, y de la comunidad periodística a un nivel global: “Nunca antes en nuestra vida habíamos tenido tanto reconocimiento”, admite Bastian “y eso también es raro”.

Secreto a voces

Doce líderes de distintas naciones, 128 políticos, actores, deportistas... La internacionalización de los nombres que continuaban surgiendo de los ficheros confidenciales de Mossack Fonseca les empujaron a compartir su información con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación: “Encontramos muchas pistas que nos llevaban a otros países”, recuerda Bastian. Encontraron un par de buenas historias en Alemania, pero también en África, en América Latina... y estas también eran “historias que no queríamos dejar sin contar”.

370 periodistas, más de 100 medios de comunicación, 76 países diferentes... ese fue el número total de profesionales que intervinieron en la investigación. “Todavía me parece un pequeño milagro que no se filtrara antes de la publicación” comentó Frederik a LA RAZÓN. “Fue muy difícil trabajar con un grupo tan grande, como pasa siempre: hay opiniones diferentes, intereses diferentes... además, los periodistas solemos tener un ego enorme”.

Algo que nos afecta a todos

Los entresijos de las trampas en el mundo de las finanzas no es algo sobre lo que uno lea, acepta Frederik a LA RAZON, pero aún así es algo que nos compete: “Como cuando vemos que cada año hay millones de euros que acaban en paraísos fiscales, millones con los que no se podrá construir ninguna escuela, ninguna calle, ningún hospital... por eso creo que es algo que le afecta a todo el mundo y esperamos que sea algo que se haya comprendido”.

Al preguntarles por uno de los grandes acontecimientos relacionados con la explosión de los Papeles de Panamá, la dimisión del ex primer ministro islandés, Sigmundur David Gunnlaugsson a raíz de su relación con una empresa “offshore”, Bastian asegura a LA RAZÓN que, aunque están enorgullecidos por su trabajo, lo que les provoca más felicidad es que “se haya visto que hay algo que se está haciendo mal, algo que se está cambiando” y no que “unas cuantas personas hayan perdido su puesto”. Hace referencia a las promesas de grandes líderes políticos, que se han comprometido a reforzar su lucha con los paraísos fiscales. Como Barack Obama, que reforzó, entre otras medidas las leyes de transparencia estadounidenses para evitar el lavado de dinero, la financiación a grupos terroristas y la evasión fiscal.

“¿Qué les gustaría hacer ahora? ¿Tienen planes de futuro? ¿Nuevos proyectos, quizás?”. Bastian bromea, contestando que “querría recuperar mi vida normal”, antes de señalar que “tenemos proyectos, algunos de los cuales no podemos hablar”. Otros relacionados con los Papeles de Panamá, tema que “por supuesto” seguirán investigando.