La Unión Europea y Japón forjan un pacto estratégico para blindar economía y defensa

Los presidentes de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del Consejo Europeo, Antonio Costa, protagonizan una crucial gira por Asia, con una destacada parada en Tokio para la 30ª Cumbre bilateral, donde este miércoles firmaron un renovado Acuerdo de Asociación Estratégica que refuerza los valores democráticos, el libre comercio y la seguridad colectiva ante retos globales como la agresión rusa en Ucrania o las tensiones en el Indo-Pacífico. Sin embargo, un próximo encuentro este jueves en Pekín con el presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Qiang, se prevé más complejo debido a disputas comerciales, sanciones mutuas y divergencias sobre derechos humanos y políticas regionales.

La cumbre celebrada en Tokio, encabezada por el primer ministro japonés Shigeru Ishiba, marcó un hito en las relaciones al consolidar esta alianza como un baluarte frente a un orden global fracturado, descrito como "complejo y en constante cambio". La declaración conjunta, emitida tras las deliberaciones, subrayó la interdependencia de la seguridad euroasiática y del Indo-Pacífico, un reconocimiento explícito de que las crisis en una región reverberan en la otra. Este entendimiento impulsó compromisos concretos para intensificar la cooperación en áreas como la seguridad marítima, la ciberseguridad, la desinformación extranjera, el desarme y la no proliferación.

Entre los acuerdos más destacados figura el lanzamiento de un Diálogo de Seguridad y Defensa, que institucionalizará consultas estratégicas entre los cancilleres de ambas partes. Además, se iniciaron negociaciones para un Acuerdo de Seguridad de la Información y se estableció un Diálogo de la Industria de Defensa, pasos cruciales para fortalecer las capacidades militares conjuntas. La protección de infraestructuras submarinas críticas y la garantía de la libertad de navegación, conforme a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), se posicionaron como prioridades estratégicas, en un contexto donde las tensiones en los mares de China Oriental y Meridional amenazan el statu quo regional.

Ucrania: eje central de condena y compromiso

La guerra de Rusia contra Ucrania ocupó un lugar preponderante en la agenda. Así pues, ambos emitieron una condena unánime a lo que calificaron como una "violación flagrante del derecho internacional", exigiendo un alto al fuego inmediato y reiterando su compromiso con el apoyo político, económico, humanitario y militar a Kiev.

Las sanciones contra Moscú, la inmovilización de activos soberanos rusos hasta el cese de la invasión y el respaldo a un Tribunal Especial para juzgar crímenes de agresión reflejan una postura coordinada. La próxima Conferencia de Recuperación de Ucrania, programada para julio en Roma, se destacó como un hito clave para canalizar esfuerzos hacia la reconstrucción del país.

La creciente cooperación militar entre Rusia y Corea del Norte también fue señalada como una amenaza significativa, con potencial para desestabilizar la península coreana. Instaron a Pyongyang y Moscú a cumplir con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, advirtiendo sobre las consecuencias de una escalada en la región.

Indo-Pacífico: Navegando tensiones y abogando por la estabilidad

El Indo-Pacífico, un teatro de creciente relevancia estratégica, fue otro foco central. La declaración conjunta expresó preocupación por las acciones unilaterales que buscan alterar el statu quo en los mares de China Oriental y Meridional, reafirmando la importancia de la libertad de navegación y la resolución pacífica de disputas conforme a UNCLOS. La estabilidad en el Estrecho de Taiwán fue destacada como un elemento crítico, con un llamado a soluciones dialogadas para evitar conflictos.

Asimismo, Corea del Norte enfrentó una condena contundente por su programa nuclear y de misiles balísticos, con la UE y Japón instando a su completa desnuclearización verificable. Los ciberataques norcoreanos, incluido el robo de criptomonedas, y las violaciones sistemáticas de derechos humanos, como los secuestros, fueron señalados como desafíos urgentes que requieren una respuesta coordinada.

Oriente Medio y la preocupación por Irán

En el ámbito de Oriente Medio, abogaron por un alto el fuego permanente en Gaza, la liberación inmediata de rehenes y el acceso irrestricto a la ayuda humanitaria, reafirmando el compromiso con una solución de dos estados. La escalada de violencia en Cisjordania fue igualmente condenada, mientras que se expresó apoyo a la estabilización de Siria y Líbano.

Sobre Irán, instaron a Teherán a abstenerse de desarrollar armas nucleares y a cumplir con el Tratado de No Proliferación Nuclear, exigiendo una cooperación plena con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). La intensificación de los lazos militares entre Rusia e Irán fue señalada como un factor de riesgo, con un llamado a la moderación para prevenir nuevas escaladas.

Por otro lado, la crisis humanitaria en Afganistán también fue abordada, con un mensaje claro a los talibanes: el cumplimiento del derecho internacional y la prevención del uso del territorio afgano como santuario para el terrorismo son imperativos no negociables.

Un frente económico para la resiliencia

En el plano económico, la cumbre reafirmó el compromiso con un orden comercial basado en reglas, con la Organización Mundial del Comercio (OMC) como eje central. La recién lanzada Alianza de Competitividad busca impulsar el crecimiento económico, diversificar las cadenas de suministro de minerales críticos y contrarrestar prácticas como la coerción económica. La protección de tecnologías emergentes y la transición hacia emisiones netas cero forman parte de una hoja de ruta orientada a garantizar la resiliencia económica frente a las incertidumbres globales.

En paralelo, el secretario del Tesoro de EE UU, Scott Bessent, afirmó este miércoles que las negociaciones con la UE avanzan positivamente, mientras Japón logró un arancel reducido del 15% para automóviles gracias a un innovador paquete de financiación con garantías de inversión. En Bloomberg TV, Bessent señaló que la UE podría obtener un arancel similar si propone una solución comparable, y calificó las amenazas de represalia europeas como una táctica negociadora.

Multilateralismo y el legado de la ONU

Con el 80º aniversario de las Naciones Unidas en el horizonte, la UE y Japón reafirmaron su apoyo a la Carta de la ONU y abogaron por un sistema multilateral más efectivo y transparente a través de la iniciativa UN80. La cooperación abarca áreas tan diversas como la lucha contra el terrorismo, el cambio climático, la igualdad de género, la inteligencia artificial, la educación y el transporte. Esta alianza, anclada en valores compartidos y una visión común de estabilidad, emerge como contrapeso estratégico en un mundo donde las líneas divisorias entre democracia y autoritarismo se tornan cada vez más nítidas.