Crítica de cine
La fe toma las armas
Director: Dean Wright. Intérpretes: Bruce Greenwood, Andy Garcia, Eva Longoria, Peter O'Toole, Catalina Sandino Moreno. Guión: Michael Love. México, 2012. Duración: 145 min. Drama/bélico
Es, dicen, la película mexicana más cara de la historia, y paradójicamente decidieron que fuera dirigida por el novato Dean Wright, hasta hoy un veterano en el terreno de los efectos visuales. Un, salvo excepciones, buen reparto aderezado con los apellidos de varias luminarias (aunque, como Andy García o el ya tan mayor Peter O'Toole, no en sus horas más altas), defiende esta larguísima película donde se narra la guerra civil que padecieron en aquellas tierras entre 1926, cuando el presidente Calles dictaminó, en un gesto sin precedentes, borrar cualquier rastro de la Iglesia católica, aunque fuera aplicando la violencia más brutal, y 1929. El ateo general Gorostieta (García) decide entonces, con el apoyo de su creyente esposa (Eva Longoria), unirse a la causa y transformar a un grupo irregular de rebeldes, que no tienen nadie que los lidere, en disciplinados héroes. Hablamos de la Cristiada, de los hombres (incluyendo sacerdotes) y mujeres que intentaron defender su fe y su libertad hasta utilizando las armas, un capítulo en la historia del país hispanoamericano apenas conocido. En resumen: un épico y entretenido drama de época abrigado por una grandilocuente banda sonora en ciertos tramos demasiado machacona y con cierto regusto televisivo, aunque las escenas de acción hayan sido resueltas de manera inteligente por el debutante Wright. El mayor problema de esta superproducción, como de tantos otros filmes, radica en su exagerada duración, 145 minutos que, como la magistral «Lo que el viento se llevó» pedían un descansito. Pero eso ya no se lleva en el cine, ahora somos menos listos.
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