Azul.
La última fiesta de Banderas antes de la Universidad
Con cuarenta minutos de retraso, que es la costumbre, llegaban Nicole Kimpel y Antonio Banderas a las canteras de Nagüeles en Marbella para dar por inaugurada la VI edición de la Gala Benéfica Starlite. Aunque la novia de Banderas «habla perfectamente español, porque ha aprendido muy rápido», según dijo Anne Igartiburu, que ejercía de maestra de ceremonias en el «photocall», lo cierto es que entre el actor y su novia holandesa hablan en inglés. Aun así, Antonio dijo bien claro y en español que «Nicole no viene del mundo del espectáculo, pero se desenvuelve bastante bien en él». Quizá para despejar dudas y en un aparte me aclaró: «La felicidad es para los tontos, porque no existe. Me gusta la vida y ser alegre». Anoche cumplía 55 años y comienza una nueva etapa: «Un año más, en eso estamos, en la segunda parte de la vida. De momento me he instalado en Londres y empiezo el 15 de agosto la Universidad, me voy a pasar cuatro años estudiando y todavía no me he comprado los libros ni la mochila pero creo que ahora ya no se lleva mochila a clase». ¿Y por qué se le ocurre estudiar ahora una carrera, cuando ya tiene otra sólida?. «Voy a ser diseñador. El businessman llegará si triunfan las colecciones que diseñe y estudio, porque me gusta hacer las cosas bien», reflexionaba.
Y hasta la cantera, pues la Gala se celebra en lo alto de una montaña marbellí de la que salía la piedra para levantar Puerto Banús, ponía rumbo a las ocho de la tarde del domingo el hermano y socio del actor malagueño, Javier Banderas. «Sí, yo ahora me pongo la pajarita en el avión a Málaga y directo a la Starlite», me decía ayer tras la vorágine de las regatas de la Copa del Rey de Vela, donde ha quedado tercero. Con Paco Fortes, el calvo y maravilloso abogado de Banderas, comentamos antes de que se sentase en su mesa redonda para diez comensales a más de 800 euros el cubierto que es el primer año que Antonio acude con Nicole Kimpel. «Yo a mi hermano lo veo muy contento, muy bien en una etapa de su vida muy buena. A mí Nicole me encanta, es una chica muy dulce, muy simpática. Melanie también era una mujer estupenda, desde que tuvieron los problemas no tengo mucho contacto con ella, pero hablo con Yolanda, que es la asistente de mi hermano allí. Mi hermano le tiene mucho cariño y siempre se lo va a tener», me reconocía. Tampoco su hija Stella del Carmen ha venido: «Ella estará interna en Nueva York este curso porque pronto empieza la Universidad. Mi hermano tiene allí un apartamento y seguirá viajando para verla cuando pueda. A mí me encanta la ciudad, así que estoy encantado, iremos más por allí». Curiosamente, padre e hija se convierten en universitarios al mismo tiempo. Antonio Banderas tenía una espinita clavada por no haber terminado sus estudios superiores, al haberse ido con una mano delante y otra detrás a Madrid para ser actor.
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El esmoquin de Banderas fue ayer impecable, aunque no tan radiante como el del encargado de la subasta de objetos singulares durante la cena en las canteras, el Michi Primo de Rivera, hecho a medida por, Armando, el mejor sastre de Jerez, en azul marino y con pajarita de lunares y con esa planta de dos metros, era irresistible no pujar por un lavabo de oro, que comenzaba por 2.000 euros, o por una semana mágica en los Emiratos Árabes, cosas más para los rusos presentes que para las princesas Kassia Al-Thani o Hassa Al Shath, descendientes de familias reales árabes.
Una cena larga, calurosa, solidaria y salpicada por entregas de premios a Imanol Arias, Irene Villa, Cayetano Rivera, Miguel Alemán o Mireia Cisneros, actuaciones de Sara Baras, Francisco, Laura Pausini, Víctor Manuel y Ana Belén, y momentos mágicos de Antonio Banderas con el Mago Pop o de Enrique Ponce y Paloma Cuevas explicando alguno de los proyectos solidarios para las fundaciones Lágrimas y Favores y Niños en Alegría. La primera, fundada por los hermanos Banderas, nace en el año 2010.
«Es el sexto año que estamos colaborando con la Starlite, antes teníamos otra fuente de financiación, pero al llegar al acuerdo con la gala de Marbella, ahora nuestra fuente principal es ésta. Damos 25 becas anuales desde hace seis años, ya hemos mandado a estudiar a Estados Unidos y a Canadá a 150 alumnos que están muy agradecidos, pero también colaboramos con Cáritas, la Universidad de Málaga y con Judeca, que cuida a enfermos de cáncer terminal. Y estamos muy orgullosos de todo ello», me reconocía Javier. Una forma estupenda para celebrar un 55º cumpleaños. Los Banderas son tan generosos que no les importa compartir el cumpleaños de Antonio con casi un millar de desconocidos, porque según tocaban las doce de la noche, una gran tarta con sus 55 velas aparecía y el público en pie le cantaba el «Happy Birthday to You» en inglés. «Bueno, sí nos da un poco de rabia», me reconocía su hermano, «pero ya lo celebramos nosotros al día siguiente en casita cantando y con jamón ibérico».
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