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Los motivos de la ruptura de Álex Lequio

A pesar de que tenían planes de boda, la enfermedad del joven y los compromisos profesionales de su novia han precipitado su separación, aunque personas cercanas a la pareja aseguran que podría ser temporal

Tras romper con Álex, Raquel aceptó un puesto de médico interno en Madrid
Tras romper con Álex, Raquel aceptó un puesto de médico interno en Madridlarazon

A pesar de que tenían planes de boda, la enfermedad del joven y los compromisos profesionales de su novia han precipitado su separación, aunque personas cercanas a la pareja aseguran que podría ser temporal.

El estado de salud de Álex Lequio Obregón está rodeado de un gran secretismo. El joven de 26 años lucha contra el cáncer desde hace más de tres meses en el Memorial Sloan Cancer Center de Nueva York, un centro de referencia dirigido por el oncólogo español Josep Baselga. Ni el hospital ni la familia aportan datos precisos sobre la evolución del paciente, quien, además, vive momentos muy difíciles en lo sentimental tras su ruptura con Raquel Rodríguez (hasta hace poco se pensaba erróneamente que su nombre era Francisca González).

Una persona cercana a la pareja nos cuenta que «la evolución de Álex va más lenta de lo esperado y no ha querido que Raquel sufra las consecuencias de una larga curación; decidieron así darse un tiempo de reflexión y poner distancia de por medio». El padre del enfermo, Alessandro Lequio, ya dejó entrever que su hijo estaba de nuevo soltero cuando dijo hace diez días que «la única mujer que está junto a Álex en estos momentos es su madre, Ana Obregón».

El veinteañero ha dejado de contestar los mensajes que le enviábamos por whatsApp. Tampoco está activo en las redes sociales y, aunque estaba previsto que acudiera a la inauguración de una franquicia de los restaurantes madrileños Miss Sushi la semana pasada, los médicos le recomendaron que no hiciera el largo viaje. Ese «veto» indicaba que su salud no era la que esperábamos.

Sin ganas de celebraciones

No es verdad que Raquel le preparara una fiesta sorpresa el 23 de junio, cuando Álex celebró su 26 cumpleaños. Ni tan siquiera se encontraba a su lado, porque ya habían roto. Aquella fecha Lecquio jr. estuvo acompañado solo de su madre y no tenía ganas de celebraciones. Su progenitor había regresado a Madrid días antes para cumplir con su trabajo en el programa de Ana Rosa Quintana, mientras que la Obregón vive el día a día de su hijo con resignación y esperanza. En el caso de Raquel, su apoyo incondicional hacia el hombre con el que tenía planes de boda para 2019 es innegable. Siguen siendo muy buenos amigos pese a este adiós amoroso.

Raquel nació en Alcalá de Henares en 1992 y estudió Medicina en la Universidad Francisco de Vitoria (al contrario de lo que se publicó, no es auxiliar administrativa). A su vuelta de Nueva York decidió retomar su profesión y entró como médico interino en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. Curiosamente, su especialidad es la oncología. Antes de aprobar el MIR, trabajaba como maestra particular de estudiantes de ESO e incluso ejerció de modelo para el diseñador Jorge de la Rosa. También compartió oficina con su ya ex novio, con el que llegó a vivir bajo el mismo techo.

Alessandro Lecquio nos confesó que «el proceso de curación de mi hijo es duro y largo. Es imposible que regresa a Madrid por el momento, todo depende de si el tratamiento causa efectos positivos en los próximos meses».

Recuerdo unas frases de Álex tras romper una anterior relación: «Cuando quiero algo y estoy persiguiendo un sueño, las mujeres se entrometen en mis ambiciones, así que ahora estoy cerrado a las relaciones serias». Pero el destino quiso que se cruzara en su camino Raquel. Todo parecía perfecto, pero el cáncer de Álex y el trabajo de ella han truncado una unión que parecía indestructible. Otra persona nos desvela que «siguen enamorados y esta ruptura podría ser temporal. Si Álex regresara a España este año, podrían retomarla. Ahora, los miles de kilómetros que les separan hacen que sea imposible. Y es una pena, porque se compenetraban muy bien. Eran almas gemelas. Algo muy gordo ha tenido que ocurrir para que hayan roto».