Peter Dinklage, el trono se le queda pequeño

El intérprete, casado y con una hija, acaba de conseguir su segundo Emmy con «Juego de Tronos» y se perfila como uno de los actores con mayor éxito de cara al futuro.

«No estaba preparado para nada, de hecho estaba mascando un chicle», comentaba el actor tras recoger su segundo premio Emmy. Incidiendo en su sorpresa, el intérprete homenajeó a Jonathan Banks (Better Call Saul) y agradeció a los guionistas David Benioff y Dan Weiss y al escritor George R.R. Martin el apoyo con un humor tan sutil como el que caracteriza al personaje de la serie «Juego de Tronos», Tyrion Lannister. Su victoria ha servido para que la serie de la cadena HBO alcance la cifra récord de doce premios en una edición, superando ampliamente a «El Ala Oeste de la Casa Blanca», que obtuvo nueve en el año 2000.

El papel de Dinklage choca profundamente con la mentalidad imperante en la época histórica en que se desarrolla la acción. En un mundo donde las familias luchan por el poder y el control, Tyrion arroja un poco de sensatez y racionalidad. Este personaje, que es el alter ego de George R.R. Martin, nace en el seno de la familia más rica y poderosa del reino y es el miembro que menos ambiciones tiene, a la vez que es el más cuestionado, debido a su motivación de vivir la vida y sus vicios. Su personaje vive en un mundo lleno de intereses y pasiones cruzadas donde todos utilizan lo que tienen a su alcance para alcanzar sus fines. Él, que sufre acondroplasia, es odiado por toda su familia que lo culpa del fallecimiento de su madre, y utiliza el poder de su mente para sobrevivir en una sociedad tan brutal.

El intérprete, de 46 años de edad, originario de Morrison, Nueva Jersey, disfruta de una tranquila vida familiar con su esposa Erika Schmidt, directora de teatro y con quien se casó en 2005, y con su hija Zelig, de cuatro años. Aunque es mundialmente conocido por su papel como Tyrion, Dinklage ha tenido una carrera variopinta y unos inicios difíciles. Sus padres nunca quisieron darle un trato especial y comenzó a dedicarse al teatro desde joven.

Cuando acabó sus estudios universitarios vivió humildemente en un apartamento, próximo al puente Williambsurg de Nueva York, algo que contrasta con la imagen de una estrella de cine. Al comenzar su carrera decidió no aceptar papeles de elfos o duendes, ya que le gustaba ser el protagonista. Además, como ha dicho en alguna ocasión «en la vida real no hay elfos. Hay personas como yo. Seres humanos de los pies a la cabeza». Por ello le dio la espalda a Hollywood y entró en el cine independiente. Ejemplo de ello es su primera película, «Living in Oblivion», grabada en 1995. Ya en 2003 alcanzó el papel de protagonista con «The Station Agent». Sus últimos filmes, como «Pixels» o «X-men: días del futuro pasado», prueban su éxito frente a las cámaras y que es uno de los activos más valiosos del cine.