Sevilla
Luto por la pérdida de Julio Manuel de la Rosa
El escritor y maestro de periodistas falleció en la capital andaluza
El escritor Julio Manuel de la Rosa (Sevilla, 1935), miembro del grupo denominado «Narraluces», crítico literario y maestro de generaciones de periodistas antes de la creación de la Facultad de Comunicación de Sevilla, falleció ayer en la capital andaluza después de varios días ingresado en un hospital sevillano. Aunque jubilado, seguía activo en la creación literaria.
Aunque empezó a publicar libros de relatos en 1962, se dio a conocer en 1972 con “Fin de semana en Etruria”, obra galardonada con el Premio Sésamo.
Autor de una biografía de Cesare Pavese, algunas de sus obras narrativas tienen Sevilla como escenario o directamente como protagonista, como “Las campanas de Antoñita Cincodedos” y “Memorias de Cortadillo”.
Aunque no cultivó la poesía, dedicó dos ensayos a la obra y la vida del poeta sevillano Luis Cernuda, tal vez llevado por su inclinación hacía los heterodoxos, a los que en sus clases de literatura gustaba de denominar “los malditos”.
También dedicó un estudio crítico a su compañero de generación el novelista Alfonso Grosso, por quien nunca ocultó su admiración, entre otros estudios críticos como el titulado “La narrativa: apuntes sobre novelistas sevillanos”, ya que siempre se arrogó la condición de “crítico practicante”, o sea la del estudioso que compatibiliza esa tarea con la actividad creadora.
“Croquis a mano alzada”, “La sangre y el eco” y “Las guerras de Etruria” son algunas de las novelas de este escritor y profesor del que sus lectores y alumnos creían que tenía alma de poeta, por lo exquisito de su trato y una elegancia que nunca descuidó, tampoco en su escritura.
Curiosamente, esos aires de dandi no impidieron su gusto por el boxeo, al que cobró afición desde que siendo adolescente un médico le aconsejó que frecuentara un gimnasio para ayudar a su desarrollo físico, ya que fue un joven extremadamente delgado.
Esa afición al boxeo le llevó a escribir la novela “Guantes de seda”, ambientada en la Barcelona canalla de la posguerra e inspirada en el púgil Luis Romero, que fue campeón de Europa de los pesos gallo y que disputó el mundial de los pluma.
Entre otros, fue columnista de ‘Diario 16’, ‘El Correo de Andalucía’ y ‘ABC’, y fue en este último donde fue publicando la supuesta correspondencia que mantuvo con un ficticio Renato Mauri, especie de ‘alter ego’ suyo del que también evocaba recuerdos periódicamente, con tanta viveza y detalle que muchos de sus lectores lo tomaron por un personaje de carne y hueso.
Aunque amigo de todos los escritores y ‘cicerone’ de muchos de los que visitaban Sevilla nunca frecuentó los círculos literarios y siempre prefería encerrarse en su casa a escribir y leer, rodeado de los libros de una nutrida biblioteca que fue reuniendo desde su adolescencia, o dar paseos en solitario por el centro de Sevilla.
Tuvo devoción por Proust y Joyce y siempre tenía tiempo para la conversación, aunque fuera durante esos paseos, sobre todo si el asunto era literario, y nunca se dedicó a la política aunque estuvo próximo al núcleo fundador del Partido Andalucista y fue muy amigo de alguno de sus ideólogos, como el sociólogo José María de los Santos.
Descanse en paz.
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