Sevilla
«Operación manta» ante la falta de recursos para los «sin techo»
Cada vez más jóvenes e incluso familias enteras se ven abocadas a vivir en la calle, una vez agotadas las prestaciones sociales y sin redes familiares que soporten la caída en picado de unas vidas sin horizonte. El fenómeno es cada vez más habitual en las grandes ciudades, por lo que los recursos públicos están al límite y no pueden dar cobertura a la ingente demanda de asistencia. Es en este momento cuando las ONGs salen al auxilio de este colectivo, a pesar de no contar con demasiados medios.
Ante la llegada de la Navidad y los días de más frío, la asociación «Sine Domus» está llevando a cabo una curiosa iniciativa en Sevilla que incide de manera directa en las carencias del sistema público de asistencia social. A través de las redes sociales ha puesto en marcha la «Operación manta», con la que pretende recoger estos elementos y ropa de abrigo para cubrir las necesidades más básicas de los «sin techo», que tan sólo en el centro de Sevilla, según sus cálculos, son más de 300.
La presidenta de la asociación, María Luisa Cercas, asegura que las administraciones «llegan a los casos más dramáticos, pero no a los nuevos casos de indigencia que cada día se dan en las ciudades». No obstante, reconoce la dificultad que entraña que estas personas salgan adelante, es decir, que consigan un empleo y una vivienda. «Tienen unos hábitos catastróficos, ya que no admiten normas ni disciplina. No tienen límites», subraya, por lo que no cumplen los horarios ni las normas de aseo de los albergues públicos. Precisamente, estos recursos en Sevilla «no cubren la totalidad de la demanda real», así que propone al Ayuntamiento que habilite un lugar donde puedan acampar y los técnicos de los servicios sociales actúen de una manera más efectiva.
Unos cien voluntarios integran unas patrullas callejeras que, una vez a la semana, reparten bocadillos, caldo y mantas a las personas sin hogar. El colectivo subsiste con una pequeña ayuda económica de la Diputación Provincial y con las cuotas de los socios, además de la colaboración de entidades como el Banco de Alimentos.
Los lugares más habituales donde se concentran son los alrededores del río, los bajos de las Naves del Barranco y el entorno de la Encarnación, aunque «los propios vecinos se encargan de echarlos hacia lugares más desangelados».
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