Sevilla

Sombras del Día de Andalucía: la Junta oculta el coste de «sus» galas

La Razón
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sevilla- El año pasado, la gala de entrega de las Medallas de Andalucía costó 183.000 euros, entre publicidad institucional y el acto en sí. La mayor parte, alrededor de 150.000 euros, se repartió en distintas campañas en radio y en medios digitales, así como en las redes sociales. El decorado del escenario supuso 32.300 euros, según figura en el perfil del contratante de la Junta de Andalucía. Una cantidad que incluía «la idea, el diseño, el montaje y la adaptación del Teatro Maestranza» el mismo 28F.

Ese día, el teatro sevillano lució exactamente igual que en los cinco años previos: los invitados en el escenario distribuidos en semicírculo sobre una tarima de madera y divididos a ambos lados de la mesa presidencial. Tras ellos, las banderas de España y andaluza y ocho grandes paneles a modo de pantalla gigante donde se proyectaban diversas imágenes relativas a la efeméride. Este año, el coste se redujo a casi el 50 por ciento, según fuentes de Consejería de Presidencia, responsable de la organización del evento. Es el único dato que ha facilitado al respecto.

LA RAZÓN quiso confirmar si efectivamente en los años precedentes y hasta 2002, el encargo se había realizado a la misma persona, un profesional ligado estrechamente tanto a la RTVA como a ZZJ, una de las productoras de las llamadas «pata negra» por su amplia colaboración con la televisión pública andaluza. ZZJ, realizadora de formatos como «Menuda noche» o «Se llama copla» sí confirmó a este periódico que el diseñador colaboró «hace años» en la realización de decorados.

La Consejería, por su parte, se negó a ofrecer cualquier dato respecto a esas contrataciones alegando que se habrían realizado en un período que no corresponde a la gestión del actual Gobierno. Sin embargo, también eludió informar sobre la empresa a la que se le habría adjudicado este año, esgrimiendo que al haberse reducido el coste «por el contexto de crisis» se había convertido en un contrato menor, por tanto, no exigiría realizar un concurso público. Las mismas fuentes se limitaron a señalar que se trata de «una empresa distinta, no relacionada» con el anterior adjudicatario.

El único expediente que se ha hecho público es el correspondiente a la celebración del 28F de la pasada edición. Al concurso se invitó a tres empresas y sólo el finalmente adjudicatario presentó una oferta, ligeramente inferior al tope de 33.000 euros fijado.

Este periódico pudo constatar que no hay rastro en la plataforma de contratación de la Junta de Andalucía sobre las sucesivas galas en el Maestranza. Así se lo hizo saber a la Consejería de Presidencia, que rechazó «revisar expedientes que corresponden a otro período de gestión».

En este sentido, no llama tanto la atención la opacidad de la Junta como su celo por desentenderse de cualquier gestión anterior pese a que pudiera intuirse visos de irregularidades. Al frente de Presidencia precedieron a Manuel Jiménez Barrios, por orden cronológico la actual presidenta andaluza, Susana Díaz, Mar Moreno, Antonio Ávila y Gaspar Zarrías, este último durante la etapa de Manuel Chaves como presidente.

Esta actitud chocaría además con el publicitado anteproyecto de la Ley de Transparencia. Hace apenas una semana, el propio Jiménez Barrios presumía en un foro público de que con la entrada en vigor de ésta «cualquier ciudadano se podrá convertir en auditor de las políticas públicas». La norma implicará, según sus palabras, «abrir la Administración de par en par y hacer que todo lo público sea transparente». Incluso contempla un régimen sancionador que irá «desde el cese de la autoridad responsable del incumplimiento o a multas de hasta 400.000 euros». Pero eso será cuando entre en vigor porque, de momento, la opacidad sigue reinando en la Administración andaluza.