«Still Waters», océano interior

La Fundación Cajasol acoge un ensayo multimedia y multidisciplinar que se adentra, a través del personaje de Isaías «El Chapas», en las aguas de la búsqueda de la identidad humana

«La vida es corta y estrecha», señala a LA RAZÓN desde Italia Alfonso Doncel. Apenas «una quinta parte de la humanidad tiene la posibilidad de elegir». La Fundación Cajasol propone una inmersión en «Aguas Tranquilas». La Sala Murillo acoge hasta el próximo 25 de junio el ensayo multimedia y multidisciplinar «Still Waters (Aguas Tranquilas)», una obra a través del personaje de Isaías «El Chapas», el hijo de un chatarrero que soñaba con ser pescador, que se adentra en la complejidad, y sencillez, de la identidad humana. La exposición itinerante ya ha pasado por Trujillo y Cáceres. Tras Sevilla, llegará a Badajoz y El Puerto de Santa María (Cádiz), donde finalizará en agosto.«¿Estoy viviendo mi vida?» es la pregunta que, de forma «amable» –planteada como «fondos de agua que se ven cuando el alma está calmada», señala Doncel–, formula la obra, adentrándose en la problemática de «la identidad autosuplantada». «Se trata de una visita tranquila a tu propia situación» porque suele pasar que «nos damos cuenta cuando ya estamos al borde» de la muerte, como le pasa a Isaías «El Chapas».

«De las vidas suplantadas. De lo que soñamos ser y nunca fuimos. De vidas transcurridas en vano y del tiempo perdido (empleado) en lo que ni nos construye ni pertenece a nuestra identidad. Y de los momentos de lucidez, de esas aguas tranquilas en las que brotan ideas claras, donde logramos percibir los miedos que nos ahogan y en las que decidimos dejar de escribir palabras sobre el agua». Palabras del artista plástico Alfonso Doncel, que dirige y produce una obra que se compone de numerosas piezas en distintos soportes, como pintura, fotografía, escultura, vídeo, narrativa, danza y música. «Still Waters» está realizado por los autores Luis Manuel López, Diana Vara, Sergio Suárez, Raquel Sandes, Rosa Perales y el citado Alfonso Doncel, comisario de la muestra. También cuenta con la participación de Antonio Chavero.

«Isaías se encuentra con lo que quiso ser ya muy adulto», señala Alfonso Doncel, «ya como un pobre hombre, demenciado, y se dedicó a pescar peces de metal. Tuvo una idea: no sé quién soy pero voy a hacer lo que nunca me dejaron». «Still Waters» supone «un ensayo multidisciplinar sobre la identidad, narrado en términos estéticos, presentado como una instalación de creaciones plásticas y en cuya puesta en escena concurren la narrativa, piezas musicales y de danza». La historia de Isaías («el Chapas») sirve de introducción hacia una reflexión sobre la posibilidad de tomar las riendas de la propia existencia. En definitiva, evitar «que nosotros mismos nos suplantemos». «No viváis la vida de otro», aquella frase que hizo célebre Steve Jobs.

Señala Alfonso Doncel que se trata de «una metáfora (aguas sosegadas), una persona (suplantado), un icono objetual (peces burdamente construidos, oxidados por el agua de mar) y un entorno comunicacional» que «configuran esta obra, participada por un grupo de creativos y artistas de distintas disciplinas, conectadas por un mismo argumento y dirección artística».

Isaías pasó su vida en una chatarrería, obligado a trabajar junto a su padre. Soñaba con ser pescador. A escondidas, en su tiempo libre, hacía peces de metal, de ferralla, con restos de chapa y alambre. Su padre, en los días de limpieza, le obligaba a tirarlos a la bahía. «El Chapas», ya anciano, jubilado y «demenciado», pasó sus últimos años pescando los peces que él había arrojado al mar. «Se trata de una historia inventada para llevar a los espectadores al núcleo de la exposición, que es una reflexión sobre la autosuplantación, un ensayo sobre la identidad», explica Doncel. La muestra, para la que se han creado 200 peces metálicos en forma de escultura más todo el desarrollo de atrezzo y fotografía, resulta «bastante amplia, muy fría y con todo muy colocado para que sea muy fácil la lectura». «Muchos se mueren sin hace siquiera lo que siempre han querido, a diferencia de Isaías», recuerda Alfonso Doncel.