Sevilla

Zoido reprocha a Díaz que esté «en la carrera» de las Primarias del PSOE

La Razón
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El «cara a cara» habitual del jueves en el Parlamento entre la presidenta de la Junta, Susana Díaz, y el «jefe» de la oposición, el popular Juan Ignacio Zoido, volvió ayer a levantar tempestad en la Cámara. Con distintos reposos de voz, ademanes y gestos, ambos desplegaron sus juegos florales con palabras. Tras lanzar el tema de los recortes en políticas sociales, educación, sanidad o dependencia de bancada a bancada, a cuenta de los ejecutados por los dos partidos allí donde gobiernan, la presidenta volvió a colar la interinidad de Zoido como presidente del PP-A a la espera de relevo.

El popular no eludió el golpe y fue rotundo. «Digo lo que pienso y pienso lo que digo», arrancó para proseguir: «Desde el primer momento le he dejado claro a todos ustedes que prefiero Sevilla y que estoy comprometido con Sevilla», declaró. «Otra cosa –añadió– es lo que hacen ustedes. Dicen, y usted concretamente –en referencia a su oponente–, lo que otros quieren oír y hacen todo lo contrario de lo que antes han dicho», esbozó. El popular recordó que fue lo que ocurrió con «el señor Griñán –el ex presidente andaluz negó que fuera a dejar su escaño en el Parlamento– y ya está en Madrid –en el Senado–». Hilo desde el que cosió que será el camino que siga su sucesora en San Telmo. «Basta que haya dicho que tiene el compromiso con su tierra y que no se va a presentar a las próximas Primarias –en las que el PSOE elegirá a su candidato al Gobierno central–, para poder asegurar desde estos escaños que está en la carrera de las Primarias», proclamó Zoido.

El aplaudido por los diputados populares augurio público tuvo réplica. «Cada vez que me dice que si me voy a presentar a unas Primarias, que me voy o me vengo, me da dos oportunidades», contestó en su turno Susana Díaz. Y se explicó: «Una, reiterar mi compromiso para con Andalucía». ¿La otra? «Poner en valor que a mí me escuchen en España, cuando a usted no le escuchan ni en su partido», espetó.

Y hubo más reproches en clave partidaria, que acompañaron a los ya clásicas alusiones a la corrupción, centrada de nuevo en las complicidades del caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos del Gobierno autonómico y la trama Gurtel. El líder del PP-A advirtió a quien ha sido calificada como mirlo blanco del PSOE de que «ninguna revolución con éxito se hizo sin el respaldo de la mayoría». Señaló a los ocupantes de los escaños asignados a los populares para aseverar que es el Grupo «que ganó las elecciones», autonómicas de 2012. Era la antesala de un nuevo envite. «Yo las gané en Sevilla, usted dónde las ha ganado», se preguntó. La aludida no respondió a este interrogante pero sí cerró su segunda intervención con un párrafo de corte sentimental. Garantizó que aunque tenga que seguir «escuchando insultos», «aguantando 'escraches' en las puertas de los hoteles» o haciendo frente «al compromiso con los más frágiles que ustedes dejan a su suerte», Zoido siempre tendrá en ella «lo mismo que encontró el presidente de su partido en Extremadura cuando vino el otro día –se reunió con Monago el martes–, diálogo y la mano tendida, abierta». ¿El motivo? Sabe que es lo que «necesitan los ciudadanos y mi tierra», concluyó. Para que pudiera hacerlo tuvo que intervenir el llamado a calmar la tormenta, el presidente parlamentario, Manuel Gracia.