Teatro

Teatro

Broggi interpreta a Mozart

El productor y director teatral se enfrentará a «La flauta mágica» en el Festival de Peralada

El dramaturgo y director teatral Oriol Broggi, que el próximo 6 de agosto debutará en el mundo de la ópera en el Festival de Peralada con «La flauta mágica», considera que en esta pieza de Mozart, y en las obras operísticas en general, «la música es lo más importante» y todo lo demás debe estar a su servicio.
El dramaturgo y director teatral Oriol Broggi, que el próximo 6 de agosto debutará en el mundo de la ópera en el Festival de Peralada con «La flauta mágica», considera que en esta pieza de Mozart, y en las obras operísticas en general, «la música es lo más importante» y todo lo demás debe estar a su servicio.larazon

El dramaturgo y director teatral Oriol Broggi, que el próximo 6 de agosto debutará en el mundo de la ópera en el Festival de Peralada con «La flauta mágica», considera que en esta pieza de Mozart, y en las obras operísticas en general, «la música es lo más importante» y todo lo demás debe estar a su servicio.

El dramaturgo y director teatral Oriol Broggi, que el próximo 6 de agosto debutará en el mundo de la ópera en el Festival de Peralada con «La flauta mágica», considera que en esta pieza de Mozart, y en las obras operísticas en general, «la música es lo más importante» y todo lo demás debe estar a su servicio.

En la presentación de esta producción del festival, que se representará en el auditorio del Parque del Castillo de Peralada, los días 6 y 7 de agosto, Broggi confesó que llega al mundo de la ópera con humildad: «Mi trabajo ha sido llegar, escuchar al maestro Josep Pons, director de la Orquesta del Liceu, y a partir de ahí surgieron algunas ideas». «La música debe ser lo primero», subrayó Broggi en relación a «La flauta mágica» y, en general, a la ópera.

Broggi discurre en esta experiencia iniciática por «la senda del aprendizaje que emana de la misma obra» y, de hecho, no percibe grandes diferencias respecto al teatro: «Está la música pero, para mí, sólo significa un cambio de jerarquía en los elementos que son los motores dramáticos de la obra y la actitud es siempre estar al servicio del autor, sea Shakespeare o Mozart».

Cree Broggi que esta pieza de Mozart es «una música extraordinaria no superada, una obra maestra y eso te lleva a plantear por qué funciona tan bien».

El director teatral encuentra una respuesta en «la relación entre la historia y la música y la manera de cantar y de afrontar cada aria y cada momento, y también en la música en sí, seguramente más escuchada que vista en una ópera».

Aseguró el director de escena que «no quería inventar nada» y que su actitud es ponerse «al servicio de la música» pues «incluso la interpretación tiene que ver con la forma de cantar», observó.

Broggi piensa que «la sensación caleidoscópica que hay en toda obra maestra está presente en Mozart, donde todos los mundos y las historias se van sumando». «La flauta mágica» es, a decir de Broggi, «un cuento de hadas aparente pero que, en realidad, habla de una crisis vital que recuerda a la “Divina Comedia”, pues aparece un mundo mágico, el de los sueños, y hay siempre una dualidad entre la noche y el día, las verdades y las mentiras, los hombres y las mujeres». En el escenario Tamino (Liparit Avetisyan), gracias a Pamina (Ola Kulchynska) y de la mano de Papageno (Adrian Ërod) «encuentran un sentido en su vida y una línea para madurar y para acabar de hacerlo deben pasar unas pruebas».

Desde un punto de vista escénico, Broggi ha optado por «no hacer demasiado para no estropear “La flauta mágica”» y su gran aportación en esta ocasión es situar a la orquesta en el escenario. Pons se siente fascinado por esta situación novedosa de la orquesta, aunque es consciente de la dificultad: Stravinsky ya hablaba de la fascinación del gesto del músico, pero el escenario es una lupa y hay momentos en los que los músicos paran de tocar».