Alimentación
El falso debate de Flix
La Generalitat y algunos municipios afectados condicionan el inicio de las tareas de descontaminación a la finalización de las obras del Gobierno
El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente tiene previsto iniciar «de forma inminente» los trabajos de extracción de los lodos contaminados del pantano de Flix, que rondan las 700.000 toneladas y que son producto de años y años de sedimentación en esta zona del río Ebro de metales pesados y radioactivos procedentes de la industria electroquímica Ercros. Desde Acuamed, la empresa encargada de llevar a cabo esta tarea, avanzan que «en cuanto acaben las pruebas de la planta de tratamiento se empezará el proceso de dragado».
Este anuncio, que debería haber sido recibido con satisfacción por parte de los municipios afectados y del propio gobierno de la Generalitat, ha provocado la reacción adversa de la gran mayoría de estas administraciones, que aseguran que a día de hoy el Ministerio no puede garantizar la seguridad y el suministro de agua potable en caso de que se produjeses alguna eventualidad durante los trabajos de dragado, una postura que está totalmente injustificada.
Oposición injustificada
Tanto desde la conselleria de Territorio y Sostenibilidad como desde algunos ayuntamientos de la Ribera del Ebro, especialmente aquellos gobernados por Convergencia i Unió, se está promoviendo el aplazamiento del inicio de las labores de descontaminación alegando que no existen las garantías mínimas de seguridad para los municipios afectados y a favor de esta tesis argumentan que aún no se han concluido los trabajos especificados en el Plan de Restitución Territorial que en su día elaboró el Ministerio.
En esta línea, el alcalde de Tivissa y presidente del Consejo Comarcal de la Ribera de l'Ebre, Jordi Jardí, exige que se completen las obras del plan de restitución territorial y, por consiguiente, la construcción de todos los pozos programados antes de iniciar la extracción del lodo contaminado. «Ante la posibilidad de poner en riesgo la seguridad de las personas, es preferible que no se haga la extracción del lodo contaminado», puesto que en caso contrario «se produciría una temeridad y una irresponsabilidad», asegura Jardí, quien recuerda que «cuando el Ministerio de Agricultura aprobó el proyecto para limpiar el pantano ya se previó el Plan de Emergencia, con lo que entonces ya estaban reconociendo que existía algún riesgo».
Por su parte, el que fuera conseller de Territorio y Sostenibilidad hasta hace unas semanas Lluís Recoder, aseguraba que llevar a cabo la extracción en las actuales condiciones, con algunos de las obras alternativas para garantizar el abastecimiento de agua pendientes de llevarse a cabo, supondría un fuerte peligro para los vecinos de los municipios colindantes puesto que al remover los lodos contaminados del fondo del pantano se podrían desprender y diluir mercurio y otros metales pesados que podrían llegar a alcanzar los sistemas de abastecimiento del agua potable. En ese caso, según la conselleria, se pondría en riesgo el suministro de unas 700.000 personas, ya que el abastecimiento alternativo es para entre tres y siete días, por lo que el servicio sólo podría hacerse con cubas, algo que resultaría inviable por el volumen de agua necesario.
El caso es que el Plan de Restitución Territorial, que afectaría a trece localidades dependientes del río Ebro y a otras 59 poblaciones y que supondría una inversión de 57 millones de euros – de los cuales el Estado pagaría 36 millones y la Generalitat otros 21– no tiene ninguna implicación a nivel de seguridad durante los trabajos de extracción, sino que se trata de un plan de abastecimiento paralelo destinado a compensar a los municipios afectados.
En cualquier caso, si este plan aún no ha podido llevarse a cabo en su totalidad es principalmente responsabilidad de la Agencia Catalana del Agua (ACA), dependiente de la Generalitat y a la que en marzo de 2010, tras la firma de una convenio entre el Gobierno y el Govern, se le encomendó la redacción de los proyectos y las pertinentes expropiaciones de terrenos. La ACA no ha cumplido con los plazos previstos para algunos trabajos.
El Gobierno y el Ayuntamiento, de acuerdo
La confusión y tergiversación de informaciones respecto al debate sobre el pantano de Flix es importante. El Plan de Restitución Territorial es una obra planificada de forma paralela al de la descontaminación de los lodos de Flix y que nada tiene que ver con las garantías de seguridad durante los trabajos de extracción. En lo referente a esta materia, se ha se ha trazado un Plan de Emergencia, actualizado recientemente, por el que quedaría completamente garantizado el suministro de agua potable al ciento por ciento de la población. Desde fuentes del Ministerio aseguran que «sólo cinco municipios se verían obligados a abastecerse de agua potable mediante camiones cisterna».
Conocedor de esta circunstancia, el alcalde de Flix, Marc Mur, se ha erigido en los últimos meses como el principal promotor del inicio de los trabajos de descontaminación del pantano cuanto antes. «Confiamos en la palabra de los técnicos, que son los expertos y si dicen que no hay riesgo alguno, nosotros lo creemos», señala Mur, quien además hace hincapié en que «no hay que confundir el plan de Restitución Territorial con el Plan de Emergencia». «Nosotros también exigimos que se ejecute por completo el Plan de Restitución, que de hecho en nuestro municipio contempla la construcción de una nueva captación de agua que aún está por hacer, pero éste no puede condicionar el inicio de los trabajos de extracción», asegura el edil de Flix para a continuación recordar que si así fuera sería inviable cumplir los plazos decretados para poder beneficiarse de la ayuda de los fondos europeos, que han de justificarse durante 2013 mientras que los trabajos deben estar finalizados en 2015. El proyecto de descontaminación del embalse está presupuestado en una cifra cercana a los 165 millones de euros.
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