El Tribunal de las Aguas se suma al 125º aniversario de Aguas de Valencia

El Grupo Aguas de Valencia dio un paso más para la conmemoración de sus 125 años en su objetivo de conectar a la empresa con la sociedad cuando su presidente, Eugenio Calabuig, firmó el miércoles un convenio de colaboración con su homólogo del Tribunal de las Aguas, Manuel Ruiz. Con ello, Calabuig daba el pistoletazo de salida a la exposición «Hechos de Agua, 125 años de historia» que se abrirá el público a principios del mes de octubre, en la Fundación Bancaja.

El secular Tribunal tendrá un espacio propio y un tratamiento diferenciado en la exposición.

El Tribunal de las Aguas, declarado Patrimonio de la Humanidad, es la más antigua institución de justicia existente en Europa, encargada de dirimir los conflictos derivados del uso y aprovechamiento del agua de riego. Tiene un gran valor histórico, tanto por su antigüedad como por su modelo de justicia, y es reconocido por todas las ideologías, culturas y pueblos que han formado la personalidad del pueblo valenciano. Por todo ello, se ha elaborado además un documental que narra el funcionamiento de esta institución y que será emitido en la exposición «Hechos de Agua».

El Tribunal cede para Hechos de Agua el derecho de acceso y uso del material divulgativo, gráfico y audiovisual del que dispone, y los hitos históricos vinculados al agua que se han producido en la ciudad de Valencia.

El convenio también recoge el acuerdo alcanzado entre las dos partes por el cual el Grupo Aguas adquirirá una nueva serie de los 9 sillones de cada una de las acequias de la Vega de Valencia.

«Hechos de Agua»

Hechos de Agua recorre los 125 años para comprobar la transformación experimentada por Valencia y la empresa que desde 1890 se encarga del suministro de agua potable de la ciudad.

La exposición pretende promover una reflexión colectiva sobre la importancia del agua y de su gestión, desde el pasado al presente así como los retos futuros que ante sí se plantean.

El agua, es un bien escaso, que debemos conservar entre todos porque la necesitamos para vivir. Tan necesaria es que, desde hace miles de años, los hombres se han preocupado por poner en marcha instituciones para controlar su uso, evitar su despilfarro, impedir la prepotencia de los grandes terratenientes, castigar la desidia y vigilar que la distribución se haga de forma sensata y proporcional.