«Es muy posible que Rusia quiera intervenir en las elecciones»

Hace años que Vicente Vallés (Madrid, 1963) es una de las caras más reconocibles de la televisión en nuestro país. Es él quien acompaña y pone voz a la cena de millones de españoles. Por ello, sentarse frente a él y observarlo en silencio, mientras escucha, se hace extraño. Entrevistar a periodistas siempre resulta un hándicap para quien debe formular las preguntas. Lo cierto es que Vallés contestó a las preguntas de LA RAZÓN Comunitat Valenciana sobre su nuevo libro, «El rastro de los rusos muertos», política nacional e internacional y periodismo. Incluso lanzó alguna pregunta durante y después de la entrevista.

-Hace unos días, Facebook fue catalogado como el «gángster» de Internet. ¿Es Rusia el gángster de la geopolítica?

-(Ríe) Lo que sí es Rusia es un actor que está sabiendo utilizar herramientas que todos tienen, pero que no todos saben emplear en el ámbito internacional. Herramientas para influir, para entrometerse en los asuntos internos de otros países. Rusia no genera los problemas que tenemos en Occidente, pero cuando detecta que un país tiene un problema concreto, lo trata de alimentar.

-Parecía casi obligatorio, tras escribir sobre Trump, hacerlo sobre Putin.

-No era obligatorio, sino casi una sucesión natural. Cuando terminé de escribir el libro sobre Trump en diciembre de 2016 seguí muy de cerca las noticias sobre las investigaciones acerca de la injerencia rusa en las elecciones de aquel año. Vi un relato cuando junté todas estas informaciones. El libro es fruto de este trabajo de año y medio.

-¿Se acaba hablando de lo mismo cuando uno escribe sobre Estados Unidos y sobre Rusia?

-No exactamente. Si hablas de Estados Unidos y de Rusia, hablamos de cosas no muy diferentes. Países importantes que tratan de influir sobre lo que ocurre en el mundo. Pero cuando entramos en los detalles, en las herramientas, y, por supuesto, en las decisiones políticas que se toman para interferir en los asuntos de otros países, sí que hablamos de cosas diferentes. Trump y Putin son dos personajes que tienen muy poco que ver entre sí.

-¿Tiene deudas Trump con Putin?

-En realidad, no. La victoria de Trump se produce por varios motivos. Uno de ellos es la injerencia rusa, pero sin esta influencia es posible que hubiera podido ganar las elecciones del mismo modo en que lo hizo. No debemos olvidar que Hillary Clinton consiguió tres millones de votos más, pero el sistema de voto norteamericano permitió que ocurriera lo que todos sabemos. Rusia ayudó mucho a que Trump fuera presidente. Putin realmente lo que quería era debilitar a la posible presidenta Clinton desde antes, incluso, de ganar las elecciones. Ese era realmente su objetivo.

-«No tengo días malo, no soy una mujer». Qué normalizado tenemos a Vladimir Putin.

-Es su manera de ser. Los criterios de corrección política y respeto en Occidente son muy distintos a otras partes del mundo. Cualquier político en España hubiera tenido un problema muy serio con esta frase, pero allí probablemente levantó las carcajadas del auditorio.

-¿Qué futuro a corto o medio plazo tiene Rusia?

-Rusia tiene muchos problemas. Es un país que militarmente no es tan potente como le gusta hacer ver. Y no es la potencia económica que le gustaría ser. Y mucho menos, una potencia tecnológica como también le gustaría ser. No está ni al nivel de Estados Unidos ni de China. Rusia intenta no quedarse rezagada de todas estas fortalezas que otros tienen. Putin tiene una gran popularidad en Rusa, pero está viendo cómo los problemas económicos, como consecuencia de la bajada del precio del petróleo y el envejecimiento del país, le están causando problemas sociales que no le van a ser fáciles de gestionar.

-Putin no le ha retirado el apoyo a Maduro.

-Intenta ejercer el papel de contrapeso a todo el mundo. Rusia tiene muy buena relación con enemigos de Estados Unidos, como Irán o Siria. Lo está intentado también con países que puedan tener problemas con Estados Unidos o con la Unión Europea: Turquía, Grecia durante la crisis, Venezuela... Con este último país hay mucho interés petrolero. Una empresa filial de la gran empresa de petróleos de Venezuela, Citgo, es la que se encarga de refinar el petróleo venezolano. Venezuela tiene unas grandes reservas, pero es un petróleo muy pesado, difícil de extraer y refinar. Y esta tarea se realiza en Estados Unidos por una empresa Venezolana, cuyo capital, casi la mitad, está en poder de Rusia.

-¿Qué lectura puede hacer Rusia del panorama electoral español?

-Rusia está atenta a todos los problemas que pueda haber en Occidente. Intervino en el Brexit generando discusión y problemas internos. Cuando Cataluña se convirtió en un problema de primer orden en España, apareció Rusia con informaciones medio falsas para generar más problemas. ¿El problema catalán lo generó Rusia? En absoluto. Es muy posible que Rusia quiera intervenir en las elecciones. Lo veremos en las próximas semanas. La Unión Europea ya ha lanzado el aviso de que Rusia probablemente quiera intervenir en las próximas elecciones europeas de mayo.

-Si no le viéramos todos los días en televisión, pensaríamos que usted es periodista de investigación o de internacional.

-(Ríe) A veces me preguntan por qué escribo de estas cuestiones y no de problemas nacionales. Me paso toda la semana hablando de las cosas que ocurren aquí y siempre he tenido mucho interés en lo que pasa más allá de nuestro país. Cuando tengo tiempo, investigo de política internacional. Por cuestiones personales, tuve la suerte de disfrutar desde pequeño de Estados Unidos debido a la amistad que tenían mis padres con una familia americana. Esto me permitió conocer el país desde que era niño.

-Después de miles de telediarios, ¿con qué edición se queda Vicente Vallés?

-Para mi generación, la noticia de nuestra vida fue el 11S. Me cuesta pensar que podamos volver a vivir una noticia como esa. Y en términos nuestros, nacionales, el 11M. Pero la gran historia informativa de mi generación a nivel mundial fue el 11S.

-¿Putin nos dejará a las nuevas generaciones hacer buen periodismo?

-Creo que Vladimir Putin es, precisamente, el mejor aliado hoy en día del buen periodismo. Si alguna vez ha sido más necesario el periodismo ha sido en estos tiempos de «fake news». Es ahora cuando el trabajo del periodista adquiere todo su valor, porque los ciudadanos pueden y deben confiar en la labor de los profesionales.