Comunitat Valenciana
¿Qué es lo que más preocupa a la madre lactante?
Existen indicadores para confirmar que el bebé está tomando suficiente leche
Existen indicadores para confirmar que el bebé está tomando suficiente leche
Una preocupación habitual de las madres que amamantan es saber si el bebé obtiene la leche suficiente. ¡Qué lástima que el pecho no sea transparente y con rayitas, y poder ver la cantidad que toma! Como no es así, para tranquilizar a las madres y garantizar una buena producción y transferencia de leche, es primordial asegurar un buen agarre y succión del bebé al pecho, lo cual evitará a su vez las dolorosas grietas en la madre.
Otra pregunta habitual es si el bebé debe tomar de uno o de los dos pechos en cada toma. En teoría no es una pregunta difícil de responder, pero sí es complicado «a priori» saber cuáles son las preferencias en cada momento del bebé.
La experiencia demuestra que es mejor permitirle mamar de un pecho todo el tiempo que desee antes de pasarle al segundo, y que es posible que se niegue a seguir tomando. Mi recomendación es ofrecérselo, pero sin limitar la duración de la toma del primero, ya que lo de dejarlo de diez a veinte minutos en cada uno -o no sé cuantos minutos he llegado a oír que debe mamar un bebé de cada pecho- no tiene fundamente alguno. Lo primordial no es contar el tiempo, sino alimentar al bebé, y lo ideal es que él decida cuánto debe de tomar y, cuando haya terminado, nos lo hará saber bien separándose del pecho o dejando de succionar, momento en el que podemos ofrecerle el otro pecho. Lo tomará si desea más, tan solo el bebe sabe en cada momento cuánto desea tomar y de qué pecho. Los hay que incluso repiten en uno, separándose y volviéndose a coger de un pecho a otro. Insisto, solo él sabe por qué lo hace. Puede que el reflejo de salida de la leche sea menor y prefiere que esta salga con más fuerza, o tal vez, «tengan sed y no hambre» y desee tomar leche de la primera parte de la toma, que es más rica en agua. Quién sabe. Sea cual sea el motivo, es preferible estar atenta a sus señales más que al reloj. Lo que sí garantiza que toma leche suficiente es cuando después de la toma se muestra relajado y satisfecho, moja los suficientes pañales (de cinco a seis a partir del quinto día) de orina clara, aumenta de peso y se mantiene en el percentil del nacimiento o el del alta de la maternidad. El bebé que está bien alimentado tiene un tono de piel bueno y se muestra activo.
La alarma debe saltar en aquellos bebés que cinco o seis días después del parto no empiezan a recuperar peso. Este es el momento recomendable de buscar asesoramiento profesional para averiguar dónde puede estar el problema y corregir la situación.
Otra cuestión que produce verdaderos quebraderos de cabeza en las madres es el aumento de peso de su bebé. La mayoría de los bebés sanos nacidos a término duplican su peso de nacimiento a los cuatro a seis meses, y posteriormente el aumento de peso va disminuyendo, por lo que, de los cuatro a los doce meses su aumento de peso será de unos 250 gramos al mes. Sus necesidades metabólicas se mantienen, y su crecimiento se enlentece en esta edad en la que suelen producirse estirones y variaciones en la velocidad de aumento del peso. Por lo tanto, el mejor indicador de salud no es el peso sino el aspecto general del bebé. En realidad, pasados los dos primeros meses no es buena idea pesarlo cada semana, no va a ganar tantos gramos al día o a la semana como ganaba los primeros meses, pero su línea de crecimiento se mantiene en el mismo percentil. Lo importante son las dos primeras semanas de vida, estas son cruciales para asegurar una adecuada producción de leche. En estos momentos, cuantas más tomas haga el bebé más leche producirá la madre y mayores garantías habrá de que la lactancia sea duradera. No hay mejor inicio de la lactancia que el contacto piel con piel de la madre y el bebé lo antes posible tras el parto.
Además, es obligación del personal sanitario controlar y asegurar que el agarre y la posición del bebé al pecho son correctos. Y sobre todo, confirmar que las tomas son frecuentes. Es cierto que el pecho es a demanda, pero hay que tener cuidado porque frecuentemente nos encontrarnos con bebés que durante los primeros días de vida duermen más que comen, y por lo tanto no demandan. Debemos estar atentos y recomendar a la madre que motive esa demanda en el bebé dormilón.
Nunca es recomendable esperar a que el bebé llore para ofrecerle el pecho, cuando están calmados se van a coger al pecho mucho mejor. El llanto es siempre un signo tardío de hambre.
Pueden enviar sus preguntas a consultalactancia@larazon.es
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