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La batalla de la UCM se libra en Medicina

Carteles electorales de todos los candidatos ayer en la facultad de Medicina
Carteles electorales de todos los candidatos ayer en la facultad de Medicinalarazon

Cinco candidatos buscan hoy convertirse en rector de la Complutense hasta 2019. La clave pasa por la movilización en Derecho, Medicina y en los centros adscritos.

Ninguno de los cinco candidatos que hoy concurren a las elecciones a rector de la Universidad Complutense logrará una victoria definitiva. Será necesaria una segunda vuelta entre los dos que obtengan más respaldo de la comunidad educativa. Con Dámaso López y Rafael Calduch prácticamente descartados para esta «repesca», parece claro que Carlos Andradas, Federico Morán y el actual rector, José Carrillo, se disputarán las dos plazas de la batalla definitiva que tendrá lugar el próximo día 13. Aunque las encuestas realizadas por la Facultad de Estadísticas durante la campaña han situado con una cierta ventaja a Andradas y a Carrillo, los cálculos que manejan los equipos de los candidatos apuntan a un resultado ajustado. Especialmente porque esos mismos sondeos de la UCM aseguraban en abril que un 27% de los votantes no habían tomado una decisión defitiva. A esta cifra hay que añadir un 10% de encuestados que optaron por no revelar su opción favorita. En total, cuatro de cada diez electores que podrían terminar dando un vuelco. Entre docentes, estudiantes y personal de administración y servicios, un total de 86.588 personas podrán votar hasta que a las 20 horas cierren las 80 mesas dispuestas por la Junta Electoral Central. El Gobierno de Carrillo no ha accedido finalmente a situar urnas en los hospitales públicos –en los que trabajan casi setecientos médicos que son además docentes en la UCM– ni en siete de los nueve centros adscritos –sólo habrá mesas electorales en el Felipe II de Aranjuez y en el María Cristina de El Escorial, porque la ley le obliga a hacerlo en aquellos que estén alejados más de 50 kilómetros de un campus–, en los que cursan sus estudios alrededor de 9.000 alumnos, o lo que es lo mismo, un 10% del censo. Especialmente polémica fue la decisión de privar de urnas a los hospitales públicos después de que el decano de Medicina y varias decenas de profesores lo pidiesen para que pudiera cumplirse de forma efectiva «su derecho al voto».

Una barrera del 27%

Con estas limitaciones a la hora de poder votar, fuentes consultadas entre los equipos de las candidaturas señalan que la clave puede pasar por el grado de movilización que logre el voto «anti-Carrillo» en las facultades de Medicina y de Derecho. También en el grado de implicación que demuestren los alumnos de los citados centros adscritos. Si en estos puntos se logra una participación alta, la sorpresa podría producirse y Carrillo quedarse fuera de la segunda vuelta. Para que esto se produzca, sin embargo, se observa como imprescindible que Morán alcance al menos un 27% de los votos. Esa barrera precisamente, el 27,10% en concreto, fue la que le permitió a Carrillo pasar a la segunda vuelta en 2011 frente al 26,71% de Andradas, y en la que terminó imponiéndose a José Iturmendi. Carrillo, según los sondeos, cuenta con un sólido apoyo en todos los sectores y ha logrado recortar parte de la ventaja de Andradas gracias al apoyo de Comisiones Obreras.

Andradas, por su parte, cuenta con la ventaja de haber trabajado en estas elecciones desde hace años. El ex vicerrector de Carlos Berzosa ha sabido en este tiempo consolidar importantes apoyos, pero cuenta con el lastre de tener un menor respaldo entre los estudiantes. En este colectivo, según las encuestas de Estadísticas obtendría un apoyo del 19,7%, superado incluso por Rafael Calduch. Su principal granero de votos se encuentra en el personal docente e investigador con vinculación permanente, con el 39,1% de los votos, según las encuestas, algo determinante ya que es el voto mejor ponderado.

El tercero entre los favoritos es el catedrático en Bioquímica y Biología Molecular Federico Morán, ex secretario de Estado del Ministerio de Educación con José Ignacio Wert. Sus principales bazas pasan por los apoyos que ha sabido consolidar en facultades importantes como Medicina, Farmacia y Derecho, así como entre los sindicatos de funcionarios Csif y Csit. Si Morán logra superar la criba de las urnas en esta primera vuelta, cuenta con grandes posibilidades de luchar mano a mano por el rectorado con cualquiera de los otros dos rivales.

Del total de 86.858 votantes, el grupo cuantitativamente más importante es el de los estudiantes, que suman 77.187 personas, pero cuyo voto sólo tiene un valor del 25%. La ponderación otorga, sin embargo, el mayor valor –el 51 %– al voto del personal docente e investigador que tiene una vinculación contractual permanente con la universidad. Son 2.633 personas. El voto del personal de administración y servicios (PAS) integra a 3.810 personas, que tienen un peso del 12% en el resultado final. Inmediatamente después en ponderación se encuentra el resto de docentes e investigadores (PDI) sin vinculación permanente con la universidad –aquellos que no son titulares ni catedráticos–. En este grupo hay que distinguir entre los 1.077 docentes contratados a tiempo completo –cuyo voto vale un 10%– y los 2.151 profesores a tiempo parcial, con un peso del 2% en la ponderación final.