Cine
La realidad virtual está de estreno en el Círculo de Bellas Artes
Primera experiencia cinéfila de la mano de esta tecnología en nuestro país.
El Espacio VR del Círculo de Bellas Artes constituye la primera experiencia de cine en realidad virtual –VR, en sus siglas en inglés– que se hace en España.
Ponerse en la piel de un astronauta; encarnar a un niño con pesadillas; adentrarse en un siniestro hospital psiquiátrico... Durante unos cinco minutos, podemos vivir estas adrenalínicas experiencias sin levantarnos de la silla y con el único soporte de unas gafas especiales. El Espacio VR del Círculo de Bellas Artes constituye la primera experiencia de cine en realidad virtual –VR, en sus siglas en inglés– que se hace en España. «Forma parte de la innovación. Los consumidores de contenidos audiovisuales están ávidos de cosas nuevas. Quieren dar un paso más. En poco tiempo, se ha originado una demanda importante. Y en los próximos años vamos a estar ante un cruce de caminos. Una apasionante mezcla tecnológica y artística en la que se fundirán todos estos contenidos», explica a LA RAZÓN Eduardo Suárez, VR manager de este proyecto.
Concretamente, se trata de ocho sesiones diarias en las que se proyectan tres cortometrajes. Las películas se proyectan en el vestíbulo, en la entrada principal del Círculo de Bellas Artes y cada sesión a 5 euros admite a 10 espectadores.
¿Qué nos depara la experiencia? Los tres cortometrajes han sido producidos por Dark Corner, estudio norteamericano especializado en realidad virtual. En «The Spacewalker», dirigida por Alexander Gorokhov, nos ponemos en la piel de Alexey Leonov, el primer cosmonauta que realizó una caminata espacial en una problemática misión que tuvo lugar en 1965 y que casi termina en tragedia. En «Night Night», de Guy Shelmerdine, con influencias de Stephen King, vivimos en primera persona la pesadilla de un niño protagonizada por un grupo de siniestros payasos. Y en «Catatonic», también de Shelmerdine, damos vida a un paciente a bordo de una silla de ruedas que recorre los truculentos pasillos de un sanatorio donde no se dan prácticas clínicas éticas precisamente... Todo ello posible gracias a las gafas VR que nos remiten a sonidos y texturas impactantes por su realismo.
Todas las experiencias se viven en primera persona y en 360º. Es decir, miremos donde miremos, incluso a nuestras espaldas, veremos el espacio exterior de «The Spacewalker», el hospital psiquiátrico de «Catatonic» o el dormitorio del pequeño protagonista de «Night Night». «Una vez que empieza la película, el espectador elige hacia dónde dirige la atención. En la película del astronauta, por ejemplo, podemos elegir entre mirar cómo despega el cohete o centrarnos en la cabina del astronauta», explica Eduardo Suárez. Como el espectador neófito puede encontrarse desorientado al principio «facilitamos que la gente lo intente disfrutar, que tenga paciencia y tranquilidad, sin ansiedad y sin ansiedad. Se prueba las gafas, se enfoca la visión hasta que se ajusta...», añade. De momento, «el 99,9% del público sale contento y quiere repetir».
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