Crisis del PSOE
Paellada socialista
Las ocurrencias de Tomás Gómez, que deben apabullar a los suyos, son últimamente de lo más peregrinas. Las fiestas de pijama en la Asamblea de Madrid –de las que luego se escaquea y deja a sus diputados de vigilia en una silla–, sacar en un mitin de campaña a un paisano disfrazado de Pulpo Gómez, la campaña del botijo de hace unos meses con Amparo Valcarce como musa o la reciente propuesta de su grupo parlamentario para aupar al garbanzo madrileño son algunos ejemplos. Para este 2 de mayo, Día de la Comunidad de Madrid, Gómez está urdiendo una sofisticada estrategia con la que hacer oposición a los actos que organiza el Gobierno regional: una paellada aprovechando que también es el tradicional «Día de la Rosa».
No sabemos qué hará el líder socialista en esta ocasión, si acudirá antes a la Real Casa de Correos y si será capaz de aguantar allí sonriendo media hora. Porque Gómez huye de los flashes de las fotos que retratan escenas de consenso como los vampiros de la luz. No le verán en una instantánea con miembros de otros partidos ni tampoco en la mayoría de los actos que organicen las víctimas del terrorismo, ni donde se entreguen medallas al mérito ciudadano o se celebre la Constitución, sobre todo si se hacen en la Presidencia de la Comunidad de Madrid.
A su festejo culinario le pongo un pero: los afiliados lo pagan de su bolsillo con la última subida de cuotas en plena crisis. Algo cruel teniendo en cuenta que éstos se destinan a sufragar el cortijo de Callao. Está dejando las arcas del PSM más secas que la mojama.
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