Región de Murcia
Hosteleros y vecinos presionan al Ayuntamiento por los ruidos
Un total de 270 bares y restaurantes del centro de Murcia cierran mientras los vecinos reclaman poder dormir
Un total de 270 bares y restaurantes del centro de Murcia cierran mientras los vecinos reclaman poder dormir
Nunca llueve a gusto de todos. Así se podría resumir lo que ocurrió ayer en Murcia cuando hosteleros y vecinos reivindicaron que se tomaran medidas sobre el control del ruido en la ciudad. En medio de las dos posturas enfrentadas, el Ayuntamiento, que siguiendo las consideraciones para actuar contra la contaminación acústica establecidas por la ley, está elaborando un mapa del ruido en el que se establecen Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE), que ha provocado el rechazo unánime del sector de la hostelería.
Ayer, cientos de empresarios y empleados se concentraron en la Plaza de Santa Catalina para hacer más visible su protesta, después de haber dejado sin bares y terrazas el centro de la ciudad, donde alrededor de 270 establecimientos decidieron cerrar y respaldar así la convocatoria de un «persianazo» realizada por Hostemur coincidiendo con la celebración del festival de música Warm Up, uno de los más importantes que se realizan en la capital murciana.
Los manifestantes portaban pancartas en las que pedían que el consistorio tuviera en cuenta sus necesidades bajo el lema, «Trabajemos juntos por la Murcia de todos», y solicitaban la compatibilidad de las normas municipales con la actividad del sector.
Durante la concentración, María José Jiménez, del restaurante El Pulpito señaló que la regulación de la contaminación acústica presentada por el consistorio adelantará a las once de la noche la hora de cese de actividad de las terrazas, reducirá los espacios en la calle entre el 25 y el 75 por ciento y eliminará muchos de los cortavientos que ahora ocupan las calles, entre otras mermas. También acusó al Ayuntamiento de haber realizado las mediciones de ruidos en horarios y temporadas del año «poco representativas», ya que se tomaron en lo que ella señaló como «picos» de actividad en Navidades y en horas con gran afluencia de clientes.
Poco antes del paro patronal, la Federación de Asociaciones de Vecinos del Municipio de Murcia, integrada en la plataforma Murcia Descansa, desarrolló un montaje en la calle Bartolomé Pérez Casas para representar los problemas para conciliar el sueño de quienes viven en esa zona de bares de copas.
Actores vestidos con pijamas y acostados en los colchones extendidos en la calle representaron los problemas que padecen los residentes para poder conciliar el sueño y descansar durante la noche.
Cada una de las camas portaba una pancarta en las que se podían leer, «Con mi descanso no se comercia. Queremos volver a soñar» o «Con nuestra salud no se negocia». Los vecinos trataban de dormir entre el estruendo de otro actor que ejercía de pinchadiscos y animaba a los viandantes a que no bajara la fiesta mientras quienes simulaban tratar de dormir se tapaban los oídos con almohadas y mostraban su desesperación. Los vecinos pidieron un equilibrio con el ocio, no con el ruido.
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