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Un 55% de los conductores se reconoce como reincidente vial y admite conductas de alto riesgo

En 2018 se registraron más de 89.000 condenas por delitos viales, de los cuales un 63% es por conducir bajo los efectos del alcohol o drogas

Un 55% de los conductores españoles confiesa haber reincidido en alguna infracción grave o muy grave en dos, tres o más ocasiones en el último año, según el estudio ‘Reincidentes viales: un peligro para todos. Análisis y evolución 2009-2018’, realizado por la Fundación Línea Directa, en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial). El estudio analiza los datos de conductores reincidentes de la Dirección General de Tráfico (DGT) entre el 2009 y 2018 y las condenas por delitos viales de Instituciones Penitenciarias, y se complementa con una encuesta a más de 1.700 conductores para conocer su comportamiento y opinión sobre la reincidencia. Según asegura el director general de la Fundación Línea Directa, Francisco Valencia, este 55% es una cifra mucho más elevada que los 570.600 sancionados en los últimos 10 años y los 45.000 conductores reincidentes identificados que circulan cada año en las carreteras españolas. De hecho, indica que los datos oficiales son solo “la punta del iceberg”. Tal y como revelan los resultados de la encuesta, realizada a más de 1.700 conductores españoles, de ese 55% de conductores que se ve como reincidente, un 43% afirma conducir habitualmente por encima de los límites de velocidad; un 26% asegura no respetar la distancia de seguridad; un 14% conduce hablando por el móvil; y un 10% lo hace bajo la influencia del alcohol. Sin embargo, solo el 22% de ellos reconoce haber sido sancionados alguna vez. Igualmente, un 0,8% llega a admitir que suele circular por autovía a 200 kilómetros por hora o más y un 0,9% confiesa que lo hace en zona urbana a 110 kilómetros por hora o incluso por encima. Además, un 1,3% reconoce que en el último año han conducido bajo los efectos de un consumo elevado de alcohol, drogas o ambas cosas y un 1,2% sin haberse sacado siquiera el carné. Estas conductas suponen un serio peligro para la seguridad del conjunto de conductores. Así, el 60% asegura que ha sido testigo o incluso sufrido estas temeridades mientras conducía. Además, este tipo de infracciones estuvieron presente en 44.647 accidentes con víctimas en los que fallecieron 1.439 personas, el 80% de los muertos en carretera ese año, y 5.168 resultaron heridas graves (58%) en 2018, último año disponible.

El perfil del conductor reincidente es mayoritariamente hombre (80%), de mediana edad (entre 30 y 49 años) y con más de 10 años de carné (80%). La infracción principal que comete es el exceso de velocidad: hay incluso un 2,2% de conductores que reconoce circular semanalmente superando en más de 60 kilómetros por hora los límites de velocidad, lo que equivale a conducir a más de 180 kilómetros por hora en una autovía. A nivel regional se observan también diferencias. Por comunidades autónomas, Castilla y León (73%), Asturias (62%) y la Comunidad Valenciana (62%) son aquellas donde más conductores admiten reincidir en estos comportamientos peligrosos al volante, en todas ellas por encima del 61%, mientras que Andalucía (43%), Murcia (44%) y Baleares (44,5%) son las regiones con menos reincidentes.

Según datos oficiales, en los últimos diez años, 272.800 conductores han perdido la vigencia del carné al agotar sus puntos por cometer infracciones. De estos, 17.133 lo han perdido dos veces y 1.289 en tres ocasiones desde la implantación del sistema por puntos en 2006. Lejos de ir a menos, la reincidencia en la pérdida del permiso ha aumentado: desde 2006 hasta 2013 fueron 5.700 los que se quedaron sin su licencia dos o más veces y entre 2014 y 2020 más de 12.700, más del doble que en el primer periodo. En la década analizada, 380.200 conductores españoles han hecho cursos de recuperación total del permiso y 273.500 han acudido a cursos para recuperar parte de los puntos. Otro dato es que 1 de cada 3 delitos que se comete en España es un delito contra la Seguridad Vial. En 2018 se registraron más de 89.000 condenas por este tipo de delitos, de los cuales un 63% es por conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas. Y, aunque muy pocos acaban en prisión, actualmente 952 presos españoles (el 2,3% del total de la población penitenciaria) están condenados por atentar contra la seguridad en las carreteras. Casi 6 de cada 10 reclusos fueron condenados por conducir sin carné y la mitad es un polidelincuente: tiene dos o más condenas de otra naturaleza en los últimos 2-4 años.

La Fundación Línea Directa también ha querido analizar el conocimiento que los conductores tienen de las consecuencias de los malos comportamientos al volante y su opinión sobre los reincidentes viales. Así, la principal conclusión que desvela el estudio es un “altísimo desconocimiento” por parte de los conductores de lo que se considera infracción grave o muy grave y delito vial y las sanciones que conllevan. De hecho, los resultados de la encuesta desvelan que 6 de cada 10 desconocen los límites de velocidad delictivos y la sanción administrativa de un exceso de velocidad; 8 de cada 10 no conocen cuál es la tasa de alcohol que se considera delito y su sanción; el 41% tampoco sabe que es delito negarse a hacer la prueba de alcoholemia; el 65% no tiene ni idea de cuál es la sanción por utilizar el móvil al volante; y el 44% desconoce qué hacer si pierde el carné por quedarse sin puntos. La encuesta también ha preguntado a los encuestados si son suficientemente duras las penas. Así, el 80% de los españoles considera que la multa es la sanción más efectiva para corregir la reincidencia y 9 de cada 10 opinan que su cuantía debe aumentar progresivamente con la reincidencia. Entre las medidas de reeducación vial más valoradas, se encuentran, según los participantes, someter al reincidente a un programa de rehabilitación en el consumo de alcohol o drogas (57%); colaborar con Asociaciones de Víctimas de Accidentes de Tráfico (53%); y prestar servicios a la comunidad (50%). Y solo el 25% de los conductores considera que volver a sacarse el carné de conducir, con unas clases mínimas del práctico, es la medida más eficaz.