«Hemos tenido un papel importantísimo que la sociedad no ha reconocido»

Tras ganar las elecciones el pasado 7 de julio, Teresa López asumió la presidencia del Colegio de Veterinario de la Región de Murcia tras 30 años de mandato de su predecesor. Ahora toma el relevo en un momento marcado por la crisis del coronavirus y con el objetivo de dignificar la profesión y acercarla a los jóvenes profesionales. Es la primera mujer que ocupa dicho cargo.

–¿Cómo afronta la presidencia del Colegio?

–Esta nueva etapa se presenta complicada porque la situación nacional no es halagüeña. Heredo el cargo de un grandísimo profesional, pero que llevaba 30 años en la presidencia del Colegio, y aunque no hay que cambiarlo todo, mi forma de hacer las cosas es diferente. Queremos aproximar el Colegio a los veterinarios, para que los jóvenes se sientan más identificados con el Colegio y no piensen que es una institución arcaica. Las cosas se harán despacio, con cautela, sin asustar a nadie, pero favoreciendo la integración de los veterinarios más jovenes en esta institución.

–Releva a Fulgencio Fernández tras 30 años al frente del Colegio. ¿Qué destacaría de su gestión?

–De Fulgencio destaco su gran capacidad de trabajo y gran implicación con la profesión. Ha hecho gran cantidad de cursos de formación.

–¿Qué cambios cree que son más urgentes de desarrollar en el sector en la Región de Murcia?

–Sobre todo, visibilizar la profesión. Tenemos un hándicap muy importante en la veterinaria que es cuando que dices que eres veterinario, la gente piensa que tienes una clínica para animales de compañía. Y esta profesión es inmensa en actividades, en tipos de ramas. Es como ser médico con millones de especialidades. En veterinaria pasa igual, hay un montón de especialidades que no tienen ninguna visibilidad social. Ese, junto con aproximar el Colegio a los jóvenes, es el gran reto que tenemos mi Junta y yo por delante.

–¿Qué retos se presentan ante la industria ganadera murciana tras la crisis del coronavirus?

–Los veterinarios de producción animal están constantemente al pie del cañón. Tenemos muchos retos que no dependen directamente de los veterinarios, y puede que tampoco del propio ganadero. Pero por ejemplo, el tema de la comercialización en común, de estandarizar las producciones y de que los consumidores sean capaces de diferenciar un producto nacional de uno extranjero. La sociedad no se ha quedado en el confinamiento sin alimento porque la producción primaria ha estado trabajando. Por eso es importante que la sociedad sea capaz de exigir productos de su tierra y se contribuya a la economía de la región.

–Respecto al abandono de mascotas, ¿cree que es necesario lanzar campañas de concienciación más duras?

–Las campañas de concienciación son importantes, pero somos una sociedad que se acostumbra a todo. Yo aún tengo la imagen en la cabeza del cartel de ‘Él no lo haría’. Las personas que abandonan a un animal de compañía son irresponsables. En el momento en el que se adopta, hay que pensar muy bien si se es capaz de mantenerlo, de cuidarlo, porque no hacerlo es un delito. Hay que pensarlo mucho, porque los animales viven entre 9 y 20 años. Son 20 años de tu vida cuidándolos. Y ellos también te cuidan a ti.

–¿Qué papel han tenido los veterinarios durante el estado de alarma?

–Hemos tenido un papel importantísimo que la sociedad no ha reconocido. Tampoco lo hemos hecho para que nadie nos reconozca nada, sino porque es nuestro trabajo. Las clínicas han estado abiertas atendiendo las necesidades de nuestros animales, así como otros sectores relacionados con el consumo humano y el control de enfermedades. La sociedad ha comido fresco y los profesionales de salud animal han trabajado para evitar más enfermedades de transmisión de animal a humano. Lo mínimo es que se nos reconozca como profesión sanitaria que somos, que los políticos entendiesen que somos de primer nivel.

–¿Qué supone ser la primera mujer en asumir la presidencia?

–Es algo que tarde o temprano iba a ocurrir. El porcentaje de mujeres veterinarias es de 80 frente a un 20 que son hombres. Soy profesora asociada en la facultad y pasan por mis manos todos los del último curso de carrera. Hombres y mujeres somos iguales intelectualmente hablando, pero tenemos maneras de hacer las cosas diferentes. No soy una feminista de bandera, pero yo no necesito ir con la bandera. Demuestro con mi trabajo que valgo lo mismo que cualquiera. Llevo 32 años haciéndolo y voy a seguir igual.