Rajoy se fuma otro puro

Si hace dos años se lo dicen, no se lo cree. La crisis económica puede con todo, hasta con un mal portazo de quien ha sido, y sigue siéndolo para un sector de la militancia, uno de los referentes históricos del PP. En otro momento la batalla entre "duros"y "blandos"y el cruce de "navajazos"se habría impuesto a cualquier ley del silencio. Pero hoy ya no. No hay mejor bálsamo para cualquier herida que unas encuestas halagadoras y la sensación generalizada de que la victoria la tienen ya en las manos. Cascos no es hoy lo que era y los críticos ni están ni se les espera. Y para prueba, el Comité Ejecutivo con el que el PP ha inaugurado el curso electoral que se nos echa encima. Mucho hablarán unos cuantos micrófono delante o en privado, pero de puertas adentro a Rajoy no hay quien le tosa y él puede fumarse todos los puros del mundo, se vaya Cascos, forme otro partido o pierdan Asturias. La pelea está en otro sitio y además Rajoy sabe, como "pata negra"que es, que si Cascos quería crearle problemas internos, ha tomado la decisión más equivocada. Desde dentro, hubiera concitado muchas más adhesiones que desde fuera, decisión que hasta para algunos de los históricos es vista como una "traición".