Grecia
Cuentas, calculadoras y alquimias
Quien finalmente ha contado y recontado más avales en el PSOE ha sido Susana Díaz, que ha movilizado a sus diligentes huestes durante este tiempo y, sintiéndose triunfante, confía incluso en acumular la victoria, otra más, el 21 de mayo, el día de las primarias. A la presidenta de la Junta nunca le faltaron hagiógrafos y el momento actual es el justo para brotes silvestres de babeo y peloteo en surtidores. Una legión de amanuenses debe de andar en estos instantes recorriendo las comarcas, presagiando la tibieza y redactando una oda a la Generala Primavera y su repertorio de hazañas en oratoria, proxémica, obra y omisión. Si la alquimia desapareció como consecuencia del empleo de las matemáticas, la división en el seno socialista tenderá a desaparecer con las calculadoras, asume no sin ensayada levedad el bardo susanista. Pero que más votos amigos comporten menos runrún en la familia sólo puede ser entendido aplicando el cálculo infinitesimal de Newton, quien fue naturalmente peor alquimista que matemático. Y por mucho hallazgo óptico, mecánico, numérico o lumínico que le atribuyan, Susana, la ungida, únicamente podría igualar a don Isaac en que tampoco convertirá el grueso metal en oro, primarias y calculadoras mediante. El tiempo de «pax socialista» tardará en llegar. Y da lo mismo que así alcance a ser concebida, pues la todavía presidenta andaluza no es divinidad ni semidiosa y de los costurones del partido supuran fangales. Las calculadoras y los votos no solucionarán la ecuación. Y si con Newton y su legado científico dejó de haber problema pendiente por resolver de Grecia y la Antigüedad, con la ya oficialmente candidata a secretaria general del PSOE quedarán pendientes «Filípicas» y «Tablas alfonsíes», que están entre quienes más cuentan.
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