Reyes Monforte

Que se aclaren

Siempre me ha chocado escuchar a los directores de la DGT y a los ministros del Interior (presentes y pasados) enorgullecerse de las cifras de muertos en carretera. Muchas veces, en este mismo lugar, escribí mi asombro por ver al ex director de tráfico, Pere Navarro, presumir de que en vez de 1.000 muertos había habido 998 fallecidos, eso sí, siempre con los datos recogidos dentro de las 24 horas siguientes a los siniestros, cuando las cifras no eran definitivas, como denunciaron algunas asociaciones de víctimas. Por lo que veo, las cosas no han cambiado mucho. La nueva directora de la DGT y el actual ministro del Interior se han felicitado por una hipotética reducción de la mortalidad en las carreteras, obviando que quizá se deba a que se han producido menos desplazamientos por la crisis. Pero este argumento, que tanto les gusta para unas cosas, se ve que para esto no les termina de encajar. Ayer mismo conocimos la cifra de fallecidos durante este periodo navideño: 40. No veo que haya nada que celebrar. Deberían desterrar esa manía institucional de culpar siempre de todos los males al exceso de velocidad de los conductores: no niego que haya cafres al volante pero también hay mala señalización y pésimo estado de las carreteras. A nuestros responsables les cuesta admitir responsabilidades e incoherencias. Lo digo porque el PP ha propuesto en el Congreso subir la velocidad en las autopistas de peaje para fomentar su uso ante la crisis que atraviesan las concesionarias, mientras que el ministro anuncia que bajará la velocidad en carreteras convencionales. ¿En qué quedamos? ¿De verdad se hablan entre ellos?