V de viernes
Pagar para obligar a reciclar
España estudia implantar el sistema de depósito obligatorio para asegurar que se devuelven los tarros y las botellas
El denominado sistema DDR ( Depósito, Devolución y Retorno ) que existe en parte de Europa y se estudia implantar en España, no es en realidad nada nuevo. Los que peinamos canas recordamos perfectamente cómo de pequeños nos mandaban con la botella de leche, cerveza o Coca Cola a devolverla a la tienda o la cafetería, para recuperar las pesetas depositadas. Bueno, pues el DDR es eso en realidad, sólo que mucho más amplio y mejor organizado, en principio. Se cobra un depósito monetario al consumidor para garantizar el retorno del envase, teniendo en cuenta que este depósito no puede ser superior al valor de reposición. Alemania lo usa para la recogida de las botellas de plástico, con la idea de combatir que el plástico se pueda tirar en cualquier parte.
Claro que, como siempre, existe cierta polémica sobre si este sistema es mejor que el actual, denominado SIG, y que consiste en recoger, trasladar, almacenar y procesar los residuos para su reciclaje, pero cobrando al productor por cada envase. El DDR establece un coste de depósito para el consumidor. Diferentes asociaciones ecologistas apoyan este último sistema, pero las patronales defienden seguir con el actual. Pero el Gobierno ya ha decidido que el sistema entrara en vigor en noviembre de 2026.
Los detalles sobre el funcionamiento varían según qué sectores y también dependiendo del tipo de envase y empresa, pero en el caso de los domésticos, que es el que afecta a la mayor parte de la población, las tiendas serían compensadas por aceptar la devolución, y son las empresas que gestionan estos sistemas las encargadas de la recogida y reciclado de los mismos. En la industria, los DDR no han dejado de existir, sobre todo en la construcción, donde sigue vigente una factura en la que figura que se cobra un depósito por los pallets, por ejemplo, de entre 6 y 12 euros, que se recuperan si el pallet es devuelto en perfecto estado. Y los fabricantes de botellas de vidrio cobran por los botelleros un depósito de 6,5 euros.
Varios gobiernos autonómicos quieren implementar el sistema ya, complementándolo al SIG, que no desaparecería. La polémica sobre este modelo está en que hay quien entiende que tendría un sobrecoste para el consumidor, pues los pequeños y medianos comercios, o sea, la mayoría, tendrían que repercutir el precio de las máquinas encargadas de recoger los envases y proporcionar los tickets que se entregarían a los consumidores para descontarlos en sus próximas compras.
Lo peor es que en términos medioambientales tampoco está claro que sea mejor. El porcentaje de residuos gestionados por el DDR apenas llegaría al 2 por ciento del total, en la medida en que solo afectaría a las botellas, pero sí que exigiría más vehículos de transporte. La implantación del sistema no la vieron viable en Francia, Reino Unido o Italia, y Holanda también lo ha desechado finalmente. La polémica está servida.
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