Riesgo político

La recuperación española ha sido reconocida internacionalmente por el «Financial Times», «Bloomberg», «The Economist» y la gran mayoría de economistas, que tuvieron que revisar al alza sus estimaciones de crecimiento para nuestro país más de seis veces en 2013-2015. No sólo ha sido una revisión del PIB, sino de creación de empleo. En 2012 las principales entidades internacionales no estimaban ninguna creación de empleo para los siguientes años. Hoy, España sorprende crece más que los países comparables y lo ha hecho con un ajuste de 15 puntos del PIB –fiscal y comercial–. La recuperación española ha ocurrido exportando más y ganando cuota de mercado global mientras nuestros principales socios comerciales ralentizaban su crecimiento o entraban en recesión –Francia, Brasil–. La deuda pública ha crecido, fundamentalmente por el agujero de las cajas públicas y las facturas impagadas de 2011, pero España paga hoy en intereses de deuda menos de un 3% del PIB, es decir, casi un 30% menos de lo que pagaba en 2008.

Hay que hacer mucho más. El riesgo de revertir las reformas y que gobierne una coalición de perdedores ya ha sido analizado por bancos como RBC, que prevé un periodo largo de incertidumbre y aversión al riesgo, es decir, que se paren las inversiones en nuestro país.

El riesgo político ha sido analizado por economistas de todo el mundo. Fitzpatrick o Kobrin estiman que dicho riesgo reduce el crecimiento del PIB potencial, la calidad del empleo, el coste de financiación y hace que las inversiones se limiten al muy corto plazo. Ante unas elecciones en las que varios partidos proponen cambiar todo y volver a fórmulas desfasadas de intervencionismo, conviene recordar lo que comento en «Acabemos con el Paro» (Deusto).

Algunos políticos ignoran el efecto desincentivador de sus palabras. Cuando hablan de cambiar leyes una y otra vez, el mundo escucha. Lo peor para un país y su imagen internacional son los «globos sonda», esas amenazas «a ver qué pasa» que muchos creen que sólo se leen en España. No es así. Aumentan el riesgo. En los últimos doce años España ha perdido más de diez puestos en el índice de facilidad para crear empresas y hacer negocios del Banco Mundial. Se ha recuperado algo en 2015. Debería ser una prioridad de gobierno alcanzar y superar la posición perdida. Una coalición de perdedores sólo la empeoraría, al centrarse en aumentar la rigidez y subir impuestos.