España
Fondos contra el paro joven
Aun sin el dramatismo de la situación española, el paro juvenil en la Unión Europea se ha convertido en una de las grandes lacras de la crisis. Hasta ahora, cada país ha intentado buscar fórmulas propias que estimulen la contratación juvenil por parte de las empresas, medidas condicionadas por las limitaciones presupuestarias, pero también por la existencia de grandes bolsas de jóvenes con una formación educativa y laboral muy deficiente. Si el caso español es paradigmático, y de ahí la absoluta necesidad de una reforma de la ley de Educación que reduzca la tasa de fracaso escolar y abra nuevas vías a través de una formación profesional dignificada y adecuada a las necesidades de los nuevos mercados laborales, la situación en países como Francia y Gran Bretaña que, además, se enfrentan a problemas de adaptación de las nuevas generaciones de inmigrantes, es lo suficientemente grave como para obligar a las autoridades europeas a tomar cartas en el asunto y enfrentar el desafío de una manera conjunta. En este sentido, la Comisión Europea, Francia, España y Alemania están perfilando un proyecto novedoso para obtener el máximo rendimiento posible de la partida consignada en los Presupuestos de la UE para dinamizar las políticas de empleo juvenil. Se trata de utilizar los 6.000 millones de euros previstos como garantía de un crédito de hasta 60.000 millones de euros, a través del Banco Europeo de Inversiones, que se destinarían a la concesión de créditos blandos a aquellas empresas que contraten a jóvenes menores de 25 años. No sólo sería un instrumento adecuado para la lucha contra el paro juvenil, sino que, también, facilitaría una nueva vía de financiación empresarial en unos momentos de restricción crediticia por parte del sistema financiero. Para España, que recibiría la mayor parte de los fondos, significaría un impulso muy importante en cuanto que complementaría la Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-2016 puesta en marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy dentro de su programa de reformas de segunda generación. Una estrategia ambiciosa que, además, ha sido avalada por los agentes sociales. Es, por lo tanto, imperativo que los gobiernos europeos más afectados por la actual situación de desempleo juvenil formen un frente común para defender el proyecto, que es vital si se quiere hacer realidad la «garantía juvenil» aprobada por el Parlamento de la UE. Aunque, en principio, se tiene la aquiescencia de Angela Merkel, que prometió su colaboración en este asunto, no estaría de más que en la próxima reunión de finales de mes entre Mariano Rajoy y el presidente francés, François Hollande, se llevaran muy adelantadas las líneas maestras del proyecto. Es mucho lo que nos jugamos todos los europeos.
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