Restringido

Crónica política de año nuevo

La Razón
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Primero, destacaríamos el panorama postelectoral: yo diría que, con tanto partido político, los españoles tenemos garantizado que durante 2016 se va a hablar mucho de política. Qué gran logro. Sin embargo, ¿no hay más bien una excesiva politización de la sociedad? En Occidente, o eres político o no eres nada. ¿Y no sería mejor una sociedad más dinámica, con otros posibles referentes? Bueno, también hay fútbol, no sólo política. ¿Y no hay, en realidad, demasiados políticos, sobre todo en las comunidades autónomas? También da igual esto, mientras haya deuda que se pueda aumentar mejor estar bien representados. Desde luego, partidos hay donde elegir. Si el quid es «ser político o ser nada», quizás alguno se pregunte ¿y qué tengo yo qué hacer para ser político; dónde está el temario? Siga usted en el subsuelo y no pregunte, que con «Podemos» todo esto ya está arreglado.

Por cierto, segundo tema: ¿ha preguntado el partido citado en último lugar, a sus votantes, si están realmente de acuerdo con el «Estado plurinacional»? Yo tengo la sospecha de que algún votante en Murcia, Oviedo o Palencia no está muy por la labor... Ya que se habla de respetar los compromisos contraídos, no veo correspondencia en el énfasis hecho en campaña, en eso del Estado plurinacional, con el énfasis que se puso en esto mismo el día del resultado electoral. Bueno, quizás no venga mal que alguien tome el testigo independentista de Esquerra Republicana; al fin y al cabo también hablan de patria aquellos otros alguna vez dentro del confusionismo unamuniano que se tienen.

El caso es que la derecha sigue con que lo único importante es la economía. Y el problema es que otros partidos ocupan este espacio de lo cultural siguiendo aquello de que si eres intelectual tienes que ser de izquierdas; y esa derecha al final da una imagen de que la cultura no importa mucho, y sin embargo hay gente que no piensa así. A mí personalmente me preocupa la cultura y oigo a Podemos hablar de los «regeneracionistas» en campaña. Por cierto, ¿era el regeneracionismo «plurinacional», o estas citas e invocaciones son vender humo? Me da pena que la cultura haya caído tan bajo. El caso es que me preocupa este tema y no en vano he publicado varios libros de cultura, en especial recientemente. Pero hombre, para vender libros hay que ser político, ya lo vi en la última feria del libro de Madrid, que me tocó en la caseta al lado de Monedero, ¡qué sana envidia! ¡qué colas de gente! ¿pero no somos ambos profesores de universidad? No, hombre, es que además hay que ser político. Pues político entonces. No te confundas, que para eso de la política, si eres jurista, hay que ser abogado del Estado, no catedrático de la pública.

Si esto es la política nacional, ¿y la local? La gran aportación es lo de las calles y la guerra civil. Yo opino que no se puede estar cambiando las calles cada cuatro años, ni que tampoco al final sólo haya calles de republicanos. Qué curiosa esta Guerra Civil en la que al parecer sólo hubo un bando al final. ¿No sería mejor un enfoque racional o científico, en vez de «politizado»? Propongo, si no lo ha dicho nadie ya, establecer un porcentaje, dentro de las calles de cada municipio, para personajes de la Guerra Civil (¿un 10 por ciento, máximo?) Y dentro de tal porcentaje, ¿un 50 por ciento para cada bando? Bueno, los republicanos fueron algo mejores, según se dice, pongamos pues un 45-55. Vale, conforme, asunto arreglado y a hablar de otra cosa. Dentro del bando nacional el caso es que hubo gente que actuó (se equivocaran o no) con una noble intención de defender la unidad de España, universitarios de veinte años que fueron a la guerra con esa convicción, igual que dentro del bando republicano hubo gente que actuó con una sana convicción de que estaba luchando por un reparto más justo de la propiedad.

Al margen de esto, en la política municipal han entrado nuevos políticos que quieren hacer cosas («desclasificaciones de suelo», «rescates de concesiones»...), y se descubre algo: que en Derecho administrativo esto significa indemnizar. ¡Qué lástima esto del Derecho, que no deja hacer cosas como quitar de un plumazo a un contratista y dejarlo sin indemnización!

Sin embargo, en conclusión, gracias al Derecho en vez de haber habido una marcha popular con cambio de régimen, se consigue que los políticos posiblemente alternativos pasen a tener pacíficamente un determinado número de escaños en un Parlamento. En fin, si todo lo fundamental está por el Derecho bien sujeto, ¿de qué nos van a hablar de política en el 2016? Vaya rollo nos espera.