Coronavirus

Armas biológicas

Armas biológicas
Armas biológicasBilal HusseinAP

Desconocemos con precisión el origen del coronavirus causante de esta pandemia, que ha puesto de manifiesto la fragilidad de la condición humana. La humanidad está inerme ante este tipo de amenazas que la Ciencia es capaz de producir, pero debe ser sometida a supervisión y control.

Es el caso de las llamadas armas NBQR –nucleares, bacteriológicas, químicas y radiactivas–, cuyo control está regulado en diversos Tratados internacionales. Respecto a las armas nucleares, la Segunda Guerra Mundial acabó con su uso en un conflicto bélico, por primera y única vez en la historia. Pero su temido y devastador poder destructivo, consiguió mantener el equilibrio geoestratégico durante la Guerra Fría basado en la DMA –destrucción mutua asegurada–, que finalizó con la desaparición de la Unión Soviética.

Ahora nadie cree que un país dotado de un arma nuclear pueda usarla impunemente para agredir a un potencial enemigo, y en ello radica, en buena parte, la no proliferación de su fabricación y uso. Las armas biológicas, en cambio, son más silentes en su producción y utilización, pero no lo son menos en su capacidad destructiva, como hemos comprobado a la vista de las consecuencias de esta pandemia global.

La humanidad tiene el derecho a exigir –y a tener garantías– de que no se están invirtiendo recursos en producir estas inhumanas armas de destrucción masiva. Y para que esta grave situación no vuelva a producirse, será necesario establecer nuevos Tratados más drásticos y transparentes.