Sociedad
El Covid-19 abandona la escena
El teatro se tienta los ropajes tras más de tres meses de pandemia. La enfermedad ha afectado de manera crítica a un sector –siempre en precario– que ahora pugna por salir adelante
Una bofetada de realidad. Cuando llega la enfermedad y la muerte el mundo se para, se repliega y medita sobre su futuro. El teatro, las artes escénicas en cada una de sus expresiones, han tenido que interpretar su papel más amargo. El silencio. Las tablas han estado vacías de creatividad y de imitaciones e invitaciones a la vida.... hasta ahora. La seguridad sanitaria, por el miedo que pueda tener el público y el de los propios trabajadores, y por la falta de protocolos para una desescalada en la reapertura de los teatros, ha obligado a los teatros a cerrar sus puertas. De hecho, han sido los primeros en cerrar y –a la vista de cómo van las cosas– serán los últimos en abrir. De hecho, más allá de loables iniciativas, tanto públicas como privadas, la temporada no parece que adquiera cierta entidad hasta el mes de septiembre. El teatro es contacto e inmediatez. Tanto en lo que afecta al público, al que se ha sentado o se pretende sentar con una butaca de separación, como sobre el escenario. Allí los besos –¿habrá besos?– o el contacto parecen ser cosas del pasado. Al menos hasta que una vacuna sirva de salvoconducto para moverse en el escenario. A esas limitaciones de aforo se une, en todo lo que tiene que ver con la gestación de un espectáculo, que una obra no se monta de un día para otro. Se necesita más de un mes de trabajo intenso para poner a punto libretos y movimientos en escena. La crisis económica del Covid-19 ha golpeado a estos creadores de manera principal. De hecho, el 23% fueron despedidos desde el primer momento. No es baladí que, solo en abril, se perdieron 2.300 funciones en Cataluña que representan 15 millones de euros. Frente a ello, el Ayuntamiento de Madrid, propietario de numerosos teatros en la capital, sólo ha liquidado 13 de los 101 contratos firmados por «causa mayor». Con todo, y mirando hacia el futuro más que al pasado que nos ha mantenido mudos e inertes, muchos se interrogan si las medidas que se articulen serán 17 distintas, a tenor de las CCAA, o habrá igualdad para todos. A los políticos, en escena, toca ahora hacer un buen papel.
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