Estocolmo
¿A qué distancia puede un bebé identificar a una persona?
Cuando un bebé llega al mundo, médicos y especialistas explican a los padres que el niño no ve y que poco a poco irá reconociendo figuras, expresiones y que conoce a los padres y familiares por el oído y el olfato. Sin embargo, esta teoría acaba de ser destrozada por un grupo de investigadores del Instituto de Psicología de la Universidad de Oslo y de la Universidad de Uppsala en Estocolmo, informa "DailyMail". Al combinar la tecnología, las matemáticas y el conocimiento previo de la percepción visual de los bebés, los investigadores finalmente han conseguido mostrar cómo pueden ver la mayoría de las cosas. Así, los investigadores descubrieron que un niño de dos o tres días puede percibir rostros y expresiones faciales a una distancia de 30 centímetros, la distancia correspondiente a la que separa a la madre de su bebé cuando lo está amamantando. A medida que se incrementa la distancia, la imagen se va desenfocando y en neonato tiene más dificultades para distinguir un rostro.
La clave para este cambio de percepción es la manera de abordar el estudio. Hasta hora, todos las investigaciones se había realizado con imágenes fijas, explicó el profesor emérito del Instituto de Psicología, Svein Magnussen. "Pero el mundo real es dinámico. Nuestra idea fue utilizar las imágenes en movimiento", añadió. Así, dijo, es más fácil de reconocer algo que se mueve, que una foto fija borrosa.
Magnussen realizó investigaciones al principio de su carrera sobre la percepción visual de los seres humanos. Hace unos 15 años, debatía con otros expertos cómo comprobar si los recién nacidos son realmente capaces de percibir las expresiones faciales de las personas que los rodean. Los investigadores coincidieron en que los bebés podían ver e imitar las expresiones faciales y que la posible causa es que los rostros se movían. "En aquel entonces teníamos ni el equipo ni la preparación técnica para poner en práctica nuestra idea. Idea que retomamos hace un año", explicó Magnussen.
Los investigadores hicieron grabaciones de vídeo de las caras que con varias expresiones emocionales, y posteriormente filtraron la información que sabían que no podían campar los bebés por la inmadurez de su cerebro. Después, dejaron a varios adultos ver los videos. La idea era que si los adultos no podían identificar una expresión facial, el recién nacido tampoco sería capaz. Los mayores identificaron correctamente las expresiones en tres de cada cuatro casos expuestos a una distancia de 30 centímetros.
Cuando la distancia se incrementó a 120 centímetros, la tasa de identificación de los participantes resultó ser la misma que si lo hubieran hecho al azar. Esto indicaba que la capacidad de identificar las expresiones faciales -basándose en la información visual disponible a un bebé recién nacido- alcanza su límite a una distancia de aproximadamente 30 centímetros.
"Es importante recordar que sólo hemos investigado lo que el recién nacido puede realmente ver, no si son capaces de darle sentido, señaló Magnussen.
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