Agencia Espacial Europea
La vida a bordo de una roca
Descubierta materia orgánica nativa en un planeta enano localizado entre Júpiter y Marte
Descubierta materia orgánica nativa en un planeta enano localizado entre Júpiter y Marte.
¿Nativos o migrantes? No es la primera vez que en las noticias de actualidad se hace esta pregunta. La diferencia ahora es que nos referimos a nativos o migrantes de hace miles de millones de años. La misión Dawn de la NASA detectó recientemente áreas ricas en materiales orgánicos en la superficie de Ceres, un planeta enano que reside en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. Pero no estaba claro si esos materiales, que son los ladrillos constitutivos de la vida en el Sistema Solar, habían llegado a Ceres de otros cuerpos errantes o nacieron en su interior. Si eran nativos o migrantes. Un estudio publicado ayer por la revista Science parece despejar las dudas. El material es, en su mayoría, oriundo del planetoide.
Se cree que Ceres se originó hace 4.500 millones de años en los albores del Sistema Solar. Por eso, cualquier cosa que aprendamos sobre él nos permite adentrarnos en cómo fueron los orígenes del espacio que nos rodea, de nuestro vecindario más cercano alrededor del Sol.
Desde hace tiempo, la ciencia propone algunos modelos de formación y de nacimiento de la vida en nuestro sistema que implican la transmisión de materia orgánica entre unos cuerpos y otros. La propia vida terrestre pudo tener su origen en el depósito de estos elementos tras el impacto de cometas y asteroides que venían cargados de ellos.
La misión Dawn está dotada de cámaras en el espectro visible e infrarrojo que permiten tomar imágenes y espectrometrías muy sensibles. En ellas se ha detectado una concentración inusual de materia orgánica en los alrededores del cráter Ernutet de Ceres, una depresión de 50 kilómetros de diámetro en el hemisferio norte. Esta circunstancia podría ser compatible con la idea de que el impacto de otra roca pudo depositar allí los ladrillos fundacionales de la vida. Sin embargo, la distribución y las características de la materia orgánica no parecen asociadas a ningún cráter en concreto. La mayor cantidad de materia se encuentra en un corredor discontinuo al sur de Ernutet y se dispersa hasta otro cráter más antiguo y degradado.
Además, en el noroeste se encuentran otros cúmulos de materia orgánica dispersos. La materia hallada incluye carbono y amoniaco junto con materiales que son claramente endógenos de Ceres.
Todos estos datos hacen muy improbable que los elementos encontrados provinieran de un cuerpo extraño. Nacieron en Ceres y allí se quedaron. ¿Cómo surgieron?
Al parecer, el planetoide tiene rastros de haber albergado una interesante actividad hidrotermal. De manera que la materia orgánica podría ser resultado de procesos geoquímicos internos que afloraron gracias a la movilidad de las estructuras menos sólidas del subsuelo. Quizás gracias a este descubrimiento se pueda afinar más el modelo que explique cómo surgió la vida en nuestro planeta.
En el seno de cuerpos orbitantes como Ceres pudieron producirse reacciones geoquímicas similares que transportasen materia orgánica del interior hasta la superficie. Estos cuerpos pudieron poblar a centenares los alrededores del Sol y chocar unos con otros. Chocaron con asteroides, con planetas... De entre todos los miles de impactos solo los que ocurrieron en la Tierra terminaron por cuajar en vida real. Quizás cientos de otras formas de vida alternativas, crecidas de la semilla que portaban rocas como Ceres, quedaron abortadas por no haber caído en el lugar oportuno y en el momento adecuado.
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