Barcelona
Un cocodrilo en la Barcelona de hace 70 millones de años
Un equipo de investigadores españoles ha descubierto el Allodaposuchus palustris, una especie de cocodrilo del mismo género de caimanes y aligátores actuales que vivió hace 70 millones de años en marismas salobres que cubrían lo que hoy es la provincia de Barcelona.
Los restos del Cretáceo encontrados en los yacimientos de Fumanya (Berguedà, Barcelona) han permitido identificar a esta especie, que vivía junto a dinosaurios en el área de los Pirineos, una zona que hace entre 72 y 66 millones de años era de relieve muy suave, estaba surcada por numerosos ríos y tenía marismas dulces y saladas.
El hallazgo, liderado por el investigador Álex Blanco del Institut Català de Paleontologia Miquel Crusafont (ICP), ha sido publicado en el último número de la revista científica PLOS One.
A partir de restos de cráneo y de esqueleto postcraneal del cocodrilo, los investigadores han descubierto que el género de los Allodaposuchus, endémico de Europa, no es tan primitivo como se pensaba.
Según los científicos, este género se sitúa dentro de los Crocodylia, donde se incluyen todas las especies actuales de cocodrilos, caimanes, aligátores y gaviales, y se aleja del grupo basal de los Hylaeochampsidae donde se había clasificado hasta ahora.
El hallazgo sugiere que las distintas especies de Allodaposuchus se originaron en el dominio íbero-armoricano, una isla situada en el suroeste de europa formada por la actual Península Ibérica y Francia hace unos 80 millones de años y que luego se dispersó por los restos del archipiélago europeo dando lugar a distintas especies
A diferencia del A. precedens -hallado en Rumanía- y del A. subjuniperus -de Aragón-, que habitaban en ambientes fluviales, el A. palustris vivía en un hábitat de marismas de agua salada.
«Esta zona de marismas era un mosaico de lagos de agua dulce donde vivían las algas carófitas, llanuras fangosas inundadas de agua salobre y pequeños pantanos donde crecían las coníferas extinguidas del género Frenelopsis, palmeras y helechos. Estos humedales eran el hábitat de peces, tortugas y rebaños de titanosaurios», sostiene Blanco.
El conjunto de yacimientos de Fumanya donde se ha hallado este cocodrilo tiene una extensión de más de 38 000 metros cuadrados y es conocido internacionalmente por sus más de 3.500 huellas de titanosaurio, cuyo estudio ha permitido hacer inferencias sobre la locomoción de estos animales y reconstruir el ambiente en el que vivían.
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