Brote de ébola
Cuarenta casos analizados y 16 horas de trabajo al día
En Centro Nacional de Microbiología se trabaja a un ritmo frenético para confirmar o descartar los posibles casos de ébola
Desde que estalló la crisis del ébola en España con la llegada en verano de los dos misioneros contagiados en África occidental, en el laboratorio del Centro Nacional de Microbiología (CNM) no han parado de trabajar para analizar muestras de posibles casos sospechosos. Especialmente desde el pasado 6 de octubre, cuando la auxiliar de enfermería Teresa Romero se convirtió en el primer positivo detectado fuera del continente africano.
Desde entonces, la actividad en este laboratorio dependiente del Instituto de Salud Carlos III es frenética. Aquí se trabajan turnos de 16 horas diarias, con fines de semana y noches incluidas, para tratar de confirmar o descartar nuevos contagios. Por aquí pasan las muestras sospechosas de ébola de toda España, y aquí es también donde se han dado las dos noticias que han cambiado para siempre la vida de Teresa: su positivo por ébola que casi le cuesta la vida y el primer análisis realizado a la auxiliar en el que la presencia del virus es negativa.
Ahora, todas las miradas se centran en este laboratorio biológico, que en las próximas horas podría confirmar una segunda prueba negativa de Teresa y dar así por terminado el brote de ébola en nuestro país. «Estamos deseando dar esa buena noticia y haremos fiesta», señaló Maripaz Sánchez Seco, responsable del laboratorio de argovirus y enfermedades víricas importadas del CNM. «La carga viral ha ido bajando y esperamos que en breve podamos dar un resultado negativo, que habrá que confirmar tres días después, según el protocolo», precisó esta experta a Efe.
También se esperan los resultados de otras tres personas sospechosas, que ya han dado negativo en un primer análisis. Por aquí ya han pasado además otras 40 muestras de casos sospechosos, aunque no les ha pillado ni mucho menos por sorpresa. « No nos ha pillado desprevenidos», aseguró Pedro Anda, coordinador de alertas del Centro Nacional de Microbiología. De hecho, han ensayado el sistema de trabajo previamente con muestras no infecciosas.
A las puertas del centro, ubicado en Majadahonda, su director, Manuel Cuenca, explicó a los medios de comunicación su funcionamiento y cómo se está trabajando desde que estalló la crisis del ébola.
Las muestras sospechosas de contener el virus llegan al centro en embalajes estancos. «Vienen siempre transportadas por una compañía homologada» a la que se hace un seguimiento desde el origen (los hospitales) hasta el destino (el CNM), contó el doctor Anda. Las muestras viajan en embalajes de tres capas, a prueba de golpes, y son manejadas por personal con formación muy específica. Aunque el ébola no se transmite por el aire, este laboratorio dispone de presión negativa y de filtros de partículas de alta eficacia, lo que evita la propagación de microorganismos al exterior. De hecho, aquí se analizan otros casos especialmente notorios, como son las alertas por bioterrorismo.
Las muestras se inactivan en cabinas de bioseguridad y se analizan. Si el resultado es positivo, se envía la muestra a un laboratorio de la Organización Mundial de la Salud, en este caso en Hamburgo (Alemania), y de los que sólo hay ocho más en toda Europa.
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