Ceuta

Aprender inglés y matemáticas como si contaras con los dedos

Kids Brain es un método que enseña a los niños a través del ábaco. Un método que puede ayudar a niños con déficit de atención o personas mayores que empiezan a perder memoria

Raúl Morales y Raju Shivdasani, junto a su equipo
Raúl Morales y Raju Shivdasani, junto a su equipolarazon

"¿A mi hija se le dan mal las matemáticas? Yo soy matemático, mi mujer es profesora de matemáticas y de física y química. No es posible". Después de un año viviendo en Irlanda, Raúl Morales descubrió que su hija se había atascado con el cálculo. "Al volver a España nos dimos cuenta de que los sistemas educativos son diferentes y que mi hija, después de un año en otro entorno educativo, tenía un parón con las matemáticas", explica Raúl. Antes, cuando salieron de aquí camino de las islas, el problema lo habían tenido con el inglés. "Papá, yo aquí no voy a aprender inglés porque no tengo clases de inglés y nadie me lo explica", le decía. Y de esos dos problemas nació una solución para que los niños fueran capaces de aprender inglés y matemáticas con la ayuda del ábaco, una herramienta milenaria que es lo más parecido a contar con los dedos y que consigue que los niños progresen de manera increíble.

"Me pongo a buscar qué hay en España y no hay ninguna empresa española que haga esto. A partir de ahí empezamos a investigar qué hay en el mundo y descubrimos que en la India, en Malasia, en China o en Japón tienen métodos que entrenan el cerebro, entrenan las habilidades de los niños a través de juegos, casi como si fuera un deporte. Lo que hacen ellos es conseguir que el niño aprenda, estimulándole y al mismo tiempo entrenando sus habilidades mentales. Encontré por casualidad a mi socio, Raju Shivdasani, con el que fundamos la compañía. Él está en Ceuta, es de origen indio y nos encontramos por internet, nos enviamos unos correos, descubrimos que teníamos inquietudes similares y, después de reunirnos en Málaga decidimos que esto había que ponerlo en marcha. Este país necesita nuevas formas de enseñar las asignaturas más tediosas, como son las matemáticas y además reforzar el inglés. A partir de ahí nace Kids Brain hace aproximadamente dos años", explica Raúl.

"Nos dimos cuenta de que tenía muchísimo potencial, cada vez que hablábamos con los padres nos decían «esto es exactamente lo que yo busco», algo que haga los niños cuando salgan del colegio se diviertan y al mismo tiempo que les llevan a hacer kárate o a jugar al fútbol, les puedan llevar a entrenar su cerebro de una manera divertida", explica. "Se trata de que los niños no piensen que van a una clase extraescolar de matemáticas, porque entonces esto no tendría ningún gancho".

El método Kids Brain no trata de sustituir a las matemáticas tradicionales. "Es un complemento", cuenta Raúl, "porque las matemáticas se componen de muchas más cosas, se componen de cálculo, de álgebra, de geometría, de estadística... y nosotros fundamentalmente desarrollamos la parte de aritmética". "Hay estudios en el mundo que dicen que el uso del ábaco no sólo desarrolla mucho las habilidades de los niños, sino que para operaciones sencillas es más rápido que la calculadora. Además, al ser un manejo digital, con los dedos, estimulamos los dos hemisferios del cerebro. El hemisferio izquierdo es el que maneja la parte de escritura, lectura, el habla, el cálculo, las matemáticas... Y el hemisferio derecho maneja la intuición, las imágenes, la imaginación... Cuando somos capaces de hacer que el niño visualice las matemáticas y lo entrene, porque aquí la clave es el entrenamiento, como en el deporte, todos los niños mejoran sus habilidades mentales", añade. La clave es que los niños sientan que el cálculo con el ábaco sea divertido. Como un juego. Y en Kids Brain, además, lo hacen en inglés. "No enseñamos gramática, no enseñamos vocabulario, pero los profesores hablan en inglés y les dan las instrucciones en inglés. Y los niños, por espontaneidad, van aprendiendo lo que les vamos explicando en inglés".

Se trata de un método del siglo XXI apoyado en una herramienta milenaria. "El ser humano usa el ábaco cuando ya no puede contar con los dedos. Cuando ocupas los diez dedos ya no puedes hacer operaciones. Cuando les decimos el número 58, ellos escriben que hay un 5 y un 8. El ocho lo pueden contar y el cinco también, pero la unión de los dos números se les escapa. Empiezan a tener que creer que ese número significa 58, pero no lo ven. Y nosotros pretendemos que lo vean", asegura Raúl Moreno. Ellos utilizan el ábaco japonés, que tiene una estructura diferente. "Se compone de cuatro bolitas en la parte inferior, que son las unidades, las decenas, las centenas y los millares, pero en la parte de arriba en lugar de tener diez bolas hay una separada que vale cinco. Es como cuando uno va a la cárcel y va apuntando los días, uno, dos, tres cuatro y lo cruza con una raya para marcar el cinco. Tiene una estructura de descomposición que hace que sea muy sencillo e intuitivo para los niños ver reflejado cualquier número en el ábaco. Una vez que lo ve reflejado, lo identifica con bolitas y automáticamente está utilizando los dos hemisferios del cerebro, porque está identificando la parte de cálculo, que es el hemisferio izquierdo, con el número de bolas que ve, que es el hemisferio derecho. Automáticamente los integra". Pero llega un momento en que el niño ya no necesita el apoyo del ábaco. "Cuando se lo quitamos, el niño, cuando le hablas de números, los visualiza. Esto hace que sea mucho más rápido el cálculo. En el ábaco el aprendiz supera al maestro. Se lo decimos a todos los profesores a los que formamos, que tengan tolerancia a la frustración porque los niños van a superarle en un año de entrenamiento en rapidez. Porque los adultos somos capaces de aprender el ábaco, pero nuestro cerebro tiene una forma de pensar que ya está estructurada", relata el inventor del método. Por eso, Kids Brain resulta adecuado para niños de entre cinco y catorce años. "El curso puede durar entre tres y seis años, dependiendo de si lo damos en una hora a la semana o en dos, y los niños más allá de catorce o quince años ya empiezan a tener estructurado el cerebro. Si no les hemos ido enseñando o moldeando antes con el ábaco es más difícil. Aprenden el uso del ábaco, pero no han adquirido la velocidad de cálculo que nosotros deseamos y que se puede conseguir con el ábaco si empiezas a edades tempranas".

Una de las ventajas del método Kids Brain, explica Raúl, es que favorece la concentración, lo que puede ayudar al tratamiento de niños hiperactivos o con déficit de atención. "Nosotros desarrollamos las dos partes del cerebro. La mayoría somos diestros y se desarrolla más el hemisferio izquierdo. Y en las escuelas también se favorece más el desarrollo de ese hemisferio. Pero al mezclar los dos hemisferios estamos desarrollando habilidades adicionales. Hacemos juegos en los que los niños tienen que estar atentos porque vamos haciendo secuencias numéricas. Lo hacemos en grupos de seis o de ocho y vamos contando en inglés. Al principio de manera muy fácil, one, two, three. Pero luego se lo complicamos porque vamos señalando con el dedo qué niño es el que tiene que continuar la secuencia. Los niños tienen que estar atentos, tienen que aprender a concentrarse, que les cuesta muchísimo. Toda nuestra metodología va orientada a que mejore la concentración y conseguimos resultados muy buenos no sólo en matemáticas sino también en otras asignaturas".

El siguiente objetivo para Raju y Raúl es conseguir que el método se adapte a las personas mayores y sirva para combatir el alzheimer o tratar a personas con daño cerebral. "Tenemos ya registrado y desarrollado el programa que se llama Senior Brain. Para las personas mayores no podríamos darlo en inglés porque muchos no tienen ese conocimiento y no tiene mucho sentido. Pero sí para gente que empieza a abandonar la actividad laboral, que todavía se encuentra con fuerzas y es activo y no quiere que el cerebro se oxide porque el cerebro es un músculo como otro cualquiera y se oxida si no lo usamos. Con el ábaco conseguimos el desarrollo de estas habilidades y que aprendan a usar el ábaco. No pretendemos que sean muy rápidos porque ya no tiene sentido, pero sí que estimulen la parte manual. Es muy útil para gente con principios de alzheimer o que empieza a perder memoria", relata. El desarrollo del programa estará listo para el año próximo.

Por el momento, Kids Brain, se está introduciendo a través de los colegios. "A los padres les está encantando, vimos que esto tiene muchísimo potencial de expansión y decidimos crear una red de franquicias a nivel nacional y ahora estamos también en la fase de expansión internacional. A día de hoy tenemos quince franquicias en España y ya hemos abierto nuestra primera franquicia en Perú", dicen. "Los padres son muy receptivos. Los colegios públicos o privados que quieren innovar o diferenciarse también tratan de introducirlo. Algunos incluso lo hacen como asignatura independiente. Nos damos cuenta de que los padres que tenemos niños en edad escolar no hemos aprendido inglés correctamente. Yo empecé a estudiar inglés a los once años dando tres horas a la semana. Fíjate, como aprendíamos. Los padres de hoy en día estamos muy mentalizados de que el inglés es una herramienta básica y cuando vemos que hay una actividad en inglés, nos llama la atención. Pero además, la conjunción de las matemáticas, lo hace más atractivo. Es un por si acaso. Un «no se le vayan a dar mal a mi hijo las matemáticas»".

Kids Brain no sólo es un método de estudio que se apoya en el ábaco y en una página web www.kidsbrain.es donde los niños pueden practicar. Es también un proyecto solidario. "Hay una parte de la sociedad a la que no podemos acceder, que son chavales con ciertas minusvalías fundamentalmente psíquicas, y vamos a ayudar con el 0,7 por ciento de los beneficios a asociaciones que ayudan a niños que no tienen esta capacidad. Es nuestra parte de responsabilidad con la sociedad", cuenta Raúl. Él, a través de su hermano, ha vivido las dificultades de enseñar matemáticas a personas con minusvalías. "Le saco cinco años y cuando tenía 12 o 13 y yo estaba en primero de carrera, intentaba darle clases de matemáticas. Mi hermano físicamente es normal, pero tiene una limitación y al día siguiente se le había olvidado todo lo que yo le había contado", relata emocionado. Por eso, decidieron aportar ese 0,7 por ciento solidario. "Nosotros tenemos la suerte, tanto Raju como yo, de que tenemos otras actividades de negocio y montamos este negocio porque realmente creemos en ello, no porque vaya a ser nuestro medio de vida. Somos formadores los dos y tenemos los dos pasión por la enseñanza y por la educación".