
Jardinería
El error que podría arruinar tu compostaje y dañar tu jardín, según una experta
Parece inofensivo, pero incluir este tipo de planta en el compost casero puede poner en riesgo toda la salud de tu jardín

El compostaje es, para muchos jardineros, el "oro del jardín": un recurso natural y casero que mejora la fertilidad del suelo y ayuda a que las plantas crezcan fuertes y saludables. Sin embargo, no todo vale cuando se trata de alimentar el compost. Hay ciertos errores que pueden comprometer la calidad de esta mezcla rica en nutrientes, y uno de los más peligrosos es el de incluir plantas enfermas.
Aunque la mayoría de nosotros hemos aprendido a compostar restos de poda, hojas secas o residuos de cocina sin mayor preocupación, la presencia de hongos, bacterias o virus en algunas plantas puede convertir ese compost en un vehículo perfecto para propagar enfermedades en todo el jardín.
Por qué no deberías compostar plantas enfermas

Amy Enfield, experta en horticultura, lo explica con claridad: "La mayoría de las pilas de compostaje casero no alcanzan temperaturas lo suficientemente altas como para eliminar los patógenos presentes en las plantas enfermas. Al usarlas, podrías estar saboteando tu propio jardín sin darte cuenta".
Aunque el proceso de compostaje genera calor, en sistemas domésticos rara vez se llega a los niveles necesarios para esterilizar por completo el material. Así que añadir una planta afectada es como sembrar un problema futuro: cuando uses ese compost, las enfermedades podrían volver a tus cultivos sanos.
La solución, según Enfield, es sencilla pero requiere disciplina: "Cuando detectes una planta enferma, elimínala del jardín con cuidado, sin esparcir restos contaminados. Luego, métela en una bolsa y tírala a la basura, no al contenedor de residuos verdes".
¿Qué hacer si ya has echado plantas enfermas en tu compost?
Si te das cuenta de que has añadido por error plantas enfermas, actúa cuanto antes: retíralas de inmediato. Si han pasado días o semanas, toca reforzar el proceso de compostaje.
¿Cómo? Aumentando la temperatura del compost. Para ello, es fundamental mantener el equilibrio adecuado entre materiales verdes (restos de cocina, césped) y marrones (hojas secas, cartón, papel triturado), asegurando que la mezcla esté húmeda, pero no empapada.
Además, conviene remover el compost con frecuencia para mejorar la oxigenación y acelerar la descomposición. "Añadir un poco de tierra también ayuda, ya que aporta microorganismos beneficiosos que activan el proceso", señala la experta.
Otros errores comunes al preparar compost casero

Las plantas enfermas no son el único riesgo. Según la experta, estas son otras cosas que no deberías echar nunca al compost casero:
- Restos de cocina grasientos como carne, lácteos o huesos: alteran el equilibrio del compost y atraen plagas no deseadas.
- Malas hierbas con semillas: si las compostas, estarás esparciendo las semillas de nuevo por tu jardín.
- Excrementos de mascotas: pueden contener parásitos y bacterias peligrosas.
- Plantas invasoras: como la correhuela o el ailanto, que pueden sobrevivir al proceso de compostaje y volver a propagarse.
- Plantas tratadas con pesticidas: podrían contaminar el compost y dañar el suelo o los futuros cultivos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar