Sucesos

Fallece un niño de tres años atragantado con una uva en Gijón

El pequeño de tres años llegó al centro sanitario sin respiración ni pulso pese a los intentos de reanimación.

Un niño de tres años falleció anoche en Gijón tras atragantarse con una de las tradicionales uvas de Nochevieja en su domicilio, ubicado en el barrio del Natahoyo. EFE/Alberto Morante.
Un niño de tres años falleció anoche en Gijón tras atragantarse con una de las tradicionales uvas de Nochevieja en su domicilio, ubicado en el barrio del Natahoyo. EFE/Alberto Morante.larazon

El pequeño de tres años llegó al centro sanitario sin respiración ni pulso pese a los intentos de reanimación.

Un niño de tres años ha perdido la vida la pasada noche en Gijón, tras atragantarse con una de las tradicionales uvas con las que se celebra el fin de año, según han informado a Europa Press fuentes sanitarias y del Ayuntamiento de Gijón.

El trágico suceso se produjo en el barrio de El Natahoyo, concretamente en la calle Independencia. La familia, de origen ecuatoriano, estaba celebrando la despedida del año 2018.

Cuando llegó la hora de las uvas, se dieron cuenta de que el pequeño se había atragantado con una uva. Llamaron a efectivos de urgencias y la Policía se presentó en el domicilio rápidamente para trasladarlo al Hospital de Jove.

Sin embargo, en el centro sanitario nada pudieron hacer por su vida, a pesar de que estuvieron una hora intentando reanimarlo. No pudieron hacer que recuperara la respiración ni el pulso, confirmando el fallecimiento.

Según el diario El Comercio de Gijón, el pequeño, Thiago Leonel Guamán Buston, iba a cumplir cuatro años en abril. Su madre, Bibiana, le había puesto una copa tres o cuatro uvas sin pepita pero en el momento que se escuchaban las campanadas de Fin de Año el niño empezó a ahogarse y aunque su madre y su tío intentaron ayudarle, nada se pudo hacer. Ante la tardanza de la ambulancia, que se encontraba en ese momento en otro punto, la Policía Local trasladó al pequeño al hospital de Jove pero poco se pudo hacer por salvarlo.

«Se me ha ido la mitad de mi vida”, ha confesado la madre al diario gijonés.