Brote de ébola
José Manuel Echevarría: «Si el día 27 no hay más casos, será el fin del brote»
Miembro del Comité Científico
Desde hace algo más de una semana este microbiólogo tiene una nueva misión; resuelve, junto a otros ocho expertos, las dudas científicas que Soraya Saénz de Santamaría y el resto representantes de los ministerios tienen. Se reúne una vez al día y están en permanente contacto con otros organismos internacionales como el CDC (Centro de Control de Enfermedades, en sus siglas en inglés). «Ponemos todos nuestros contactos internacionales a disposición de la Comisión», apunta.
–¿Se han tenido que poner las pilas con este virus? ¿es cierto que es una enfermedad desconocida en Occidente?
–El ébola tiene aspectos desconocidos, conocidos y, además, en algunas cosas se tiene experiencia y en otras no. En África se han dado ya más de 20 epidemias de ébola desde 1976. El virus se conoce desde el punto de vista virológico bastante bien, así como sus mecanismos de transmisión. Lo que es nuevo es tener una epidemia de las dimensiones de las que tiene la que existe ahora en África occidental. Esto es nuevo y produce una situación de la que no se ha tenido experiencia nunca. Los casos en países desarrollados son otra novedad. El médico que atiende en un hospital desarrollado tiene otros riesgos específicos como la necesidad de intubar. En Liberia o en el Congo no se plantea, allí no hay respiración asistida, se manipula menos al paciente. Y así surge la paradoja de que en un excelente hospital de Estados Unidos se detecta un caso y se contagian dos enfermeras. Se demuestra que todos cometemos errores. Los procedimientos están basados en la experiencia y pueden fallar.
–¿Esta diferencia en el tratamiento clínico puede haber sido la clave para que el protocolo fallara y tuviéramos que cambiarlo?
–El cambio fundamental ha sido la temperatura. El valor límite de la fiebre se ha bajado para que un contacto de bajo riesgo pase a ser un caso en estudio y poner al paciente en aislamiento. Hemos decidido aumentar la sensibilidad del criterio para detectar los casos en momentos más tempranos, pero su bajada acarrea un problema como se comprobó el jueves cuando se produjo una alerta de cuatro posibles casos en un día. Todos negativos.
–¿Estábamos preparados para traer a los misioneros?
–El informe que La Paz difundió de la visita del Centro Europeo de Enfermedades Infecciosas (ECDC, en sus siglas en inglés) decía que no contábamos con las infraestructuras adecuadas. Es difícil precisar qué es «estar preparados» en este asunto. Además, este informe es interno y confidencial y aún no se había recibido cuando ya estaban diciendo eso. En realidad no dice tal cosa, sino todo lo contrario.
–Se habla del día 27 como el final de la crisis.
–Si llegamos a ese día sin ningún caso nuevo cerraremos el brote de ébola en España. Podremos relajarnos un poco pero no mucho porque debemos prepararnos para lo que pueda venir más adelante.
–Como experto en virología, ¿podría explicar qué es exactamente la carga viral?
–Es la concentración de virus en sangre: un número. Se mide con unas técnicas que tienen unos límites de detección. Si la concentración está por debajo de ésta, decimos que la muestra es negativa, asumimos que ya no hay virus en sangre y que el paciente ha controlado la infección. El enfermo lo suele hacer por sí mismo con la ayuda del soporte médico, que le mantiene vivo. Si recibe un antiviral como el Favipiravir, tal vez le ayude, aunque no sabemos si es realmente eficaz. El 65% de los pacientes que han contraído el virus en este brote no mueren, se curan.
–¿Cuándo se puede decir que Teresa estará curada?
–En el Centro Nacional de Microbiología estamos intentando confirmar que ha desaparecido por completo el virus de la sangre de Teresa, pero detectamos una cantidad muy pequeña. Pensamos que en uno o dos días vamos a ser capaces de decir que no se detecta virus. Ella pasará a ser considerada negativa para virus en sangre. Si me hubieran dicho hace una semana que yo iba a decir esto, no me lo habría creído.
–El ébola se compara con la pandemia de sida, se habla de que podría ser la lepra del siglo XXI. ¿Es así?
–Para nada. Hay una cosa muy importante que diferencia al virus Ébola del sida: no causa infecciones crónicas. Quien sufre la enfermedad y salva no queda crónicamente infectado y se vuelve inmune frente a la infección, al contrario que los que se infectan con el virus del sida. El ébola no es capaz de producir una pandemia de las dimensiones del sida, de la hepatitis B o C. Esa posibilidad no existe.
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