Opinión

Locos por las vacaciones

Llega el mes de julio y la maquinaria laboral ya va a medio gas

Varios vehículos circulan por la autovía A-5
Varios vehículos circulan por la autovía A-5 Kiko HuescaAgencia EFE

Y todos corriendo a las playas, a los montes, a donde sea. Pero que esté lejos del trabajo por favor, que pueda olvidar que dentro de un mes o quince días tendré que volver a ese lugar en el que paso la barbaridad de ocho o más horas diarias y que me mata de desidia, de aburrimiento, de cansancio físico y mental. Porque, tristemente, a la mayoría de nuestros conciudadanos no les gusta nada su labor cotidiana y no necesitan solo descansar, necesitan sobre todo despojarse de lo desatinado de la vida, de ese ganarse el pan con el sudor de su alma. Y llega el mes de julio y la maquinaria laboral ya va a medio gas. Es casi imposible conseguir citas o respuestas en los dispensarios públicos, y cuando lo consigues el personal te mira como diciendo, pero mujer no te podías haber esperado a octubre, que estamos cansados, coño, que es julio. Y qué decir de agosto, en agosto el que intenta tener atención en las oficinas es un verdadero kamikaze. ¿Está usted loco? lo suyo no es urgente. Usted es un soplagaitas que no es capaz de ponerse en los zapatos de los demás, por ejemplo, en los míos. Y llega septiembre y hay que ir cogiendo el ritmo, superando la depresión postvacacional, asumiendo que ahí está el tajo inalterable, así que, hasta mediados al menos, todo va sin gas ni ánimo. La mayoría esperando el próximo puente, la fiesta de guardar, la navidad. ¿Y cómo vamos a ser una sociedad feliz con estos mimbres? Déjenme en la playa, por favor, grita la multitud, aunque haya manadas de medusas y de guarrillos, aunque el sol y el agua me recalienten. Déjenme soñar que no tengo que pagar la hipoteca y la luz, déjenme creer que no volveré a la realidad.

Descansar lo necesitamos todos, aunque nuestro trabajo nos guste, pero lo que estamos viviendo con la super especialización y la necesidad ciega de producción y consumo es vivir equivocadamente.