Atenas
Una cámara para cada astronauta
Un libro muestra el papel de las imágenes en la exploración moderna. Las fotografías atestiguan los logros humanos pero también son una herramienta de conquista imperial
El mismo año que el francés Louis Daguerre presentaba el primer proceso para realizar fotografías realmente funcional en la Academia Francesa de las Ciencias (1839), una expedición gala a Grecia y Egipto ya incluía al posiblemente primer fotógrafo científico de la historia. Desde entonces, todas las grandes expediciones han tenido en la fotografía una herramienta para atestiguar sus logros. Desde la carrera antártica hasta los viajes espaciales, siempre hubo alguien que hizo una foto. Un libro repasa ahora esa historia.
El geógrafo británico James Ryan, profesor de geografía cultural e histórica de la Universidad de Exeter, ha reunido en Photography and Exploration (Reaktion Books, 2013) un centenar de fotografías de unas 40 expediciones de la era contemporánea. Las imágenes muestran la expansión del Imperio Británico por África o el subcontinente indio pero también los logros de sus rivales franceses. Ya en el siglo XX, repasa cómo los torrentes de palabras escritos sobre la conquista de los polos, las profundidades marinas y el espacio no se entenderían igual sin una imagen.
"Siempre me ha interesado la fotografía y las fotografías históricas", dice Ryan. "Soy también un geógrafo y escribo sobre la historia de las exploraciones. Me pareció una buena idea unir ambos intereses", añade. Como recuerda el profesor británico, hay muchos libros sobre las grandes expediciones y muy a menudo usan imágenes para ilustrar la historia. "Pero raramente discuten cómo y por qué se hicieron o se mostraron en su tiempo", explica.
Ryan también quería respuestas a varias preguntas que se hacía. Buscaba saber cuándo y por qué empezaron los exploradores a usar cámaras. En cuanto a la primera, el francés Gaspard Joly de Lotbinière pudo ser el primero que, con un daguerrotipo a cuestas realizó un viaje por Grecia y Oriente Medio en 1839, tomando las primeras imágenes conocidas de los monumentos de Atenas y Egipto. Pero una de las primeras expediciones oficiales en llevar equipamiento fotográfico fue el último viaje que el explorador naval británico Sir John Franklin hizo al Ártico en 1845. "Pero no sabemos el impacto que tuvo porque la expedición se perdió y todos los exploradores murieron", cuenta Ryan. Aunque sus restos fueron recuperados muchos años después, no se encontraron restos del material fotográfico ni ninguna imagen.
En cuanto al porqué, está la razón obvia de atestiguar lo que veían. Desde siempre los exploradores han tenido la necesidad de obtener pruebas gráficas. El viaje de Darwin a bordo delBeagle no habría sido el mismo sin sus ilustraciones. "A menudo lo hicieron para vender las fotografías a los periódicos o para sus giras de conferencias o libros y así conseguir dinero para pagar sus expediciones", apunta Ryan. Las fotografías eran una herramienta fundamental para la ciencia, pero también para la política, dos elementos que son muy difíciles de separar en toda expedición.
"Muchos de los primeros exploradores y fotógrafos veían que la fotografía ofrecía la posibilidad de un sistema estandarizado para observar los fenómenos naturales, eliminando los problemas causados por la memoria humana, la interpretación y las habilidades. Como los mapas permiten visualizar la expansión del conocimiento y civilización occidentales, también la fotografía ofrecía visiones uniformes de un mundo esperando a ser visto, explorado y poseído", argumenta el geógrafo británico.
Un buen ejemplo de esta conjunción entre ciencia y política es el de la expedición del navío de la armada británica HMS Challenger entre 1872-1876. Impulsado por el Gobierno británico, el barco realizó una travesía del globo durante tres años y medio y fue la mayor expedición oficial del siglo XIX. El Challenger llevaba a bordo todo tipo de aparatos de medición, entre ellos cámaras fotografícas. Contaba con su propia habitación oscura y varios fotógrafos tomaron cientos de imágenes de zoología, geología, botánica, antropología y geografía. "Estos fotógrafos también ayudaron a mostrar que la Navy aún dominaba los mares".
Fotografía como arma política
Las fotografías del libro muestran que, 150 años después, esa mezcla de intereses científicos y políticos sigue presente. En 2007, un equipo de exploradores rusos metidos en un par de minisubmarinos plantaron en el lecho marino una bandera rusa hecha de titanio a una profundidad de 4.261 metros, justo debajo del Polo Norte. Lo primero que hicieron a su regreso fue mostrar las fotografías en una rueda de prensa. Daban así detalles de la exploración, pero también atestiguaban la gran significancia tecnológica y nacional que tenía. Las fotografías servían a las motivaciones científicas y geopolíticas de la misión rusa. Ayudarían a demostrar, para los rusos, que la Cordillera Lomonosov, una sección del lecho marino que pasa bajo el Polo Norte, es parte de la plataforma continental de Rusia, por lo que les pertenecería y, con ella, todos sus recursos minerales.
Para Ryan está claro que la fotografía se ha usado para sostener ideas dominantes pero también escapa del uso político. "Las imágenes tiene el poder no sólo de confirmar determinadas visiones del mundo, como el mito de que los exploradores occidentales tienen una superioridad tecnológica y científica sobre los otros. Las fotografías también tienen la capacidad de revelar una nueva comprensión del mundo", sostiene.
El mejor ejemplo es la llegada de la fotografía al espacio. "El programa espacial estadounidenses adoptó la fotografía principalmente para implicar a la opinión publica de EEUU, que lo pagaba con sus impuestos. La fotografía en las expediciones Apolo a la Luna participó en la carrera espacial cuando EEUU y la Unión Soviética competían por la supremecia tecnológica, militar y nacional. Las imágenes celebraban la conquista estadounidense del espacio", recuerda Ryan. Sin embargo, también cuestionaron muchas percepciones dominantes. Como dice el geógrafo británico: "Las fotografías de la Tierra tomadas por los astronautas desde el espacio se convirtieron en iconos de nuestro tiempo y en enormes símbolos de la vulnerabilidad y fragilidad de la Madre Tierra. En otras palabras, las imágenes que una vez mostraron la supremacía de los exploradores humanos también pueden mostrar que aquella sólo es un mito y una ilusión".
Más información en la web Materia
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