Entrevista

Patricia Riggen: «Las fuerzas de poder todavía desconfían de una mujer con acento en inglés»

La mexicana entra en el género de acción dirigiendo a Viola Davis en la película «G20»

Patricia Riggen
Patricia RiggenPrime Video

Patricia Riggen lleva toda su vida profesional intentando marcar la diferencia en sus proyectos, reivindicando que una mujer mexicana «de ojos oscuros» y con «acentazo» puede tener un lugar en Hollywood y en las producciones de acción. Prueba de ello es el estreno de su película para Prime Video «G20», con Viola Davis como la presidenta de los Estados Unidos.

Teniendo en cuenta su carrera, ¿por qué se apuntó a «G20»?

Lo primero que me pareció muy interesante es hacer una película de acción, porque es un género que todavía está reservado en general para el hombre y no para la mujer. Somos todavía muy poquitas las que hemos logrado agarrar una película de acción. Pero ante todo, el hecho de que Viola Davis es la protagonista de la película. Obviamente, lo que sea con Viola: es una actriz verdaderamente extraordinaria. Y si encima de todo le sumas que va a ser la presidenta de Estados Unidos, que ese es su rol, eso me cautivó desde un principio y quise ser parte.

¿Qué ha sido lo más difícil en el rodaje de la película?

Había tantas cosas difíciles. Una de ellas, conseguir el tono adecuado, porque estamos hablando de una película de acción, pero no queríamos hacer una como hay tantísimas, en las que solo es la acción por la acción, y realmente los personajes y la historia no importan. Queríamos hacer algo que todavía tuviera ese drama y emoción, conexiones más humanas, que fuera interesante para el espectador que no necesariamente ve películas de acción. Además, me gusta mucho ponerle humor también. Y a la vez, queríamos que fuera una película superhollywoodiense, como dicen, de palomitas, que quiere decir de divertirte, de puro entretenimiento. Entonces, hacer algo así, pero que a la vez fuera realista y tuviera esa calidad. Fue una de las cosas más importantes y más difíciles de conseguir: cómo mezclar todos estos elementos en una sola película. Luego hubo muchos otros. Por ejemplo, siempre hay la limitación del dinero, nunca ajusta. A la hora te quieren quitar todo. ¡Pero si está en el guion! No hay dinero para el helicóptero, no hay dinero para el convoy presidencial. ¿Cómo que no hay dinero para el convoy presidencial? Aquí está, en el guion. Esa lucha que uno tiene siempre con el estudio es muy real. Y te digo la última cosa que para mí es de las más difíciles: todavía hay un poquito de desconfianza ante una mujer, y una mujer con acento en inglés. Hay algo un poco quizá inconsciente por parte de las fuerzas del poder en confiar en que uno sabe lo que está haciendo, aunque tenga un «acentote» al hablar inglés, esté chaparrita y tenga los ojos oscuros.

¿Cómo consiguió mostrar humanidad en los personajes de una película de acción?

Para mí es fundamental. Para que me importe a mí ver una película, tiene que haber eso. Si no, me aburro, me voy al baño, o me voy a la cocina a comer algo. La manera de hacerlo es encontrar un rasgo muy fuerte que describa al corazón del personaje o la motivación, lo que lleva dentro; el problema o el dilema que tiene. Cuando tienes una película con tantos personajes es difícil, no hay tiempo. Primero los busqué, los encontré y una vez que ya los tuve, los filmé y después los tuve que defender, porque la tendencia es «quita todo» y lo único que queda es la acción. Te puedo dar un ejemplo: el personaje de Sabrina Impacciatore, que hace de la jefa del Banco Mundial. Ahí está, pero, ¿cómo enseñar quién es? Entonces, le di una línea. Realmente es una que dice sobre el tamaño de los tacones de Viola: «No, yo no me los puedo quitar porque no tengo la seguridad que tú tienes». Y más adelante en la película, los tira. Y entonces, ahí te da que ella también ya tuvo un momento de cambio, de realización. A todos los personajes les quisimos dar su momento y su mundo interior.

Es más fácil con Viola Davis.

Y mostrar también su parte interior con su síndrome de impostora, de que no cree que tiene la valía y la fuerza. Con Viola fue más fácil, porque teníamos mucho más tiempo para desarrollarla.

¿Consiguió imprimir el carácter latino en «G20»?

Fue muy consciente la decisión de poner un latino en la película y no darle un papel negativo, sino superpositivo. Creo que le di el papel más lindo. El que tiene más honor, profesionalismo, es leal, es inteligente. Estamos hablando de Ramón Rodríguez, y del personaje de Manny, que es el guardaespaldas de la presidenta, su jefe de seguridad. Imagínate para el americano ver que el jefe de seguridad de su presidente es un latino. Es la contribución que hago como latina, para cambiar esa percepción de que siempre somos los narcotraficantes o los pobres, los inmigrantes. Ahí está el granito de arena para el cambio cultural.