Declaración de la Renta

Entrevista
Tello lleva mal que su hija Sandra dejara una carrera de éxito para volverse al pueblo como auxiliar de la policía local. Ella tomó la decisión de estar presente en la vida de su hijo ante el encarcelamiento de su marido. Padre e hija protagonizan la serie de Movistar Plus+«Segunda muerte», en la que juntos tendrán que resolver una sucesión de hechos que pretenden saltar por los aires la convivencia de todo un pueblo en las montañas cántabras. De la gestión de sus sentimientos dependerá el futuro de su familia, y la resolución de un misterio que podría acabar mal.
La relación padre e hija vertebra la serie.
Karra Elejalde: La relación yo creo que es el hilo conductor. Ya lo han dicho: es la historia de un no abrazo. Parece que cuando vemos cualquier serie, empieza un algo, hay un detonante, pero aquí venimos de siete años atrás. De dejarla sola embarazada, el fallecimiento de su madre... Hay mucho reproche, mucho rencor, y muchas cosas sin hablar. Si uno tiene un carácter y el otro tiene otro, pues uno ayuda al otro y lo hablas. Pero ambos son muy orgullosos. Y el orgullo y el no dar el brazo a torcer, el no saber decir ‘perdona, disculpa o vale, papá, no te he entendido’. Y encima, cada vez restregándome ‘Papá, déjalo ya que estás enfermo’, a mí que me duele tanto... Ella tiene todos esos rencores lógicos, porque yo en un principio obré mal. Todo eso crea esta relación de frialdad, que es la droga que le estamos dando al espectador para que diga ‘a ver si esto mejora.’ No es una serie de buenos y malos. Yo he obrado mal e intento obrar bien y ella también ha obrado mal.
Georgina Amorós: Estoy de acuerdo en que la relación paterno filial es uno de los pilares fundamentales de la serie. El ‘thriller’ creo que es la excusa. Y es un caballo de Troya para meter temas como las relaciones paterno filiales y la demencia senil. Empiezas a ver la serie, parece una cosa, y de repente en el tercer capítulo cambia radicalmente y parece que es otra serie. En el capítulo cuatro hay otro punto de giro que es completamente diferente y en el capítulo seis, de repente, se convierte en una pesadilla completamente distinta. Creo que es bonito, porque te engancha un thriller, y los espectadores también se van a convertir muy rápidamente en investigadores, como les pasa a nuestros personajes. Hay muchas pistas, pero lo que te hace seguir viéndolo es que quieres saber más de esta gente.
¿En qué se parecen Tello y Sandra a Karra y Georgina?
Georgina: Tengo en común con Sandra que las dos, por la gente que queremos, somos capaces de cualquier cosa. Y creo que nos diferenciamos en que, voy a ir a algo más banal, en la forma de pensar. No tengo ni idea de matemáticas, por ejemplo. Todo lo que es matemáticas, memoria y demás, no tengo un 10 como Sandra.
Karra: Tengo mucho que ver con Tello. Nunca había sido la Guardia Civil, pero sí que tengo un espíritu detectivesco. Soy muy curioso y me gusta. Hubiera sido un buen policía, de verdad que sí. Pero en el lugar donde nací, por circunstancias políticas, nunca se me hubiera ocurrido. Hubiera sido un buen detective, porque soy metódico y analítico. Yo soy mucho más afectivo que mi personaje y sé reconocer mis errores. Pero sé tocar los cojones a mi hija si hace falta; en aquello que considero que me ha defraudado. Y si luego me da una explicación por la cual yo no me debería sentir defraudado, no soy de los que digo ‘vale, perdona, cariño, ahora lo entiendo’. Tengo cosas de Tello, lógicamente, lo he interpretado yo. Soy muy zalamero, muy cariñoso y muy besucón.
Georgina, ha expresado en alguna ocasión que parece que tiene cara de buena, eso ¿le ha ayudado más o menos a interpretar a Sandra?
Me cuesta juzgar los personajes que hago, sobre cuando es bueno o malo, porque creo que si están bien escritos vienen con un poco de todo. Esta serie está muy bien escrita y Sandra comete errores, pero no porque sea mala, sino por las circunstancias que se presentan. Incluso me pregunto ‘¿si yo estuviera en esta situación, me convertiría en mala? Pues no lo sé. Es un personaje que está muy bien escrito y al que las circunstancias la llevan a donde la tienen que llevar, y sufre a eso de la mejor forma que puede. Sí que es verdad que es un personaje muy maduro, muy inteligente, muy diferente a cualquier otra cosa que haya hecho antes, y ha sido un reto, pero está muy bien acompañada para pasar todo el arco del personaje, que es complejo.
Karra, ¿cómo trabajó el tema de la demencia senil?
Mi padre estuvo con eso. Ya había hecho dos trabajos previos de Korsakoff. La del astronauta, «Kepler Sexto B», en un registro totalmente distinto. Como que me persigue esto últimamente, es una cosa que me llama la atención. Tampoco se ven mucho estos trabajos y he luchado mucho a lo largo de este proyecto y estoy contento con cómo ha quedado, porque se fonetiza desde el capítulo uno que me fui en pijama a un interrogatorio. Yo, como autor, creador, guionista o director hubiera jugado un poquito más a esta enfermedad, porque permite un montón de equívocos, un montón de meteduras de pata. Somos unas personas contratadas que hemos comprado este guion, y lo llevamos a rajatabla.
Declaración de la Renta
Guerra comercial