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Feria de San Isidro

Los brindis de un humilde torero

La Razón
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Vaya por delante que escribo estas líneas de Santiago Martín «El Viti» a Su Majestad Juan Carlos I. Porque a mí, eso de «Majestad», aunque no era algo desagradable, la verdad es que siempre me hizo sentir incómodo, aun sabiendo que me lo dicen con cariño. Con el propio Rey Don Juan Carlos I bromeaba sobre ello, «Majestad, así me insultan mis grandes amigos», le decía cada vez que el monarca me ponía a su misma altura.

Recuerdo perfectamente el brindis que le hice en la primera corrida de toros que presidió como Rey de España. Aquella tarde toreamos Luis Miguel Dominguín y José Antonio Campuzano. Antes, la dedicatoria fue para sus padres. Estábamos viendo un tentadero en casa de Atanasio Fernández y allí, vestido de calle, me obligaron a a torear una vaca. Fue un orgullo para mí, porque pienso que le debemos mucho a Don Juan Carlos I. No hay tantos toros en las dehesas como brindis merece por todo lo que nos ha ayudado con su afición. El toreo debe estarle agradecido, como toda España, porque ha sido el mejor mandatario de esta nación en su Historia. Ha dejado un legado de hechos, un rastro de valores inconfundibles.

Este año no me he acercado para ver en directo ninguna corrida de este San Isidro, me ha vencido la comodidad de la televisión. Sin embargo, saber que el miércoles presidirá la Beneficencia me mueve a salir de Salamanca e intentar desplazarme a Las Ventas para aplaudirle como un aficionado más.