Cádiz
Cadiz, único enclave europeo con poblaciones de Ibis eremita
Cuatro parejas de Ibis eremita han nidificado este año por primera vez en Conil de la Frontera (Cádiz), a unos 11 kilómetros del núcleo reproductor principal ubicado en la Barca de Vejer, lo que convierte a la provincia gaditana en el único enclave europeo con poblaciones de esta especie amenazada.
Según ha informado la Consejería de Medio Ambiente en un comunicado, en total se han censado este año, en el marco del Proyecto Eremita, 24 parejas reproductoras en la comarca gaditana de la Janda lo que supone "un hito en la conservación de una de las aves más amenazadas del planeta, ya que sólo existen parejas reproductoras de esta ave en Marruecos y en Siria".
Además, durante esta campaña, han volado un total de 25 pollos, los cuales han sido anillados antes de abandonar el nido para tenerlos perfectamente identificados y poder controlarlos en el campo, una vez que comienzan a abandonar la zona de cría.
Gracias a este programa se ha logrado el asentamiento de 84 ejemplares en libertad en la provincia de Cádiz, incluyendo los individuos reproductores y los que no lo son.
Fuera de la época reproductora los ejemplares tienen dos zonas principales de campeo: una el complejo de Montenmedio-campiña de Vejer-Barbate y otra los campos de Golf del Novo Sancti Petri.
El programa Eremita lo inició la Junta de Andalucía en 2003, en colaboración con el Zoobotánico de Jerez y con el asesoramiento científico de la Estación Biológica de Doñana y del Grupo Internacional de Expertos en Ibis Eremita, para crear en la comarca de la Janda una población estable y autosuficiente de esta ave, clasificada en el catálogo andaluz de especies amenazadas como extinta.
Estas incipientes poblaciones de ibis están sirviendo como un atractivo más a un turismo especializado en la observación de aves y la fotografía de naturaleza.
El Ibis eremita (Geronticus eremita) es un ave colonial que se alimenta principalmente de insectos y de pequeños vertebrados, nidifica y tiene su refugio en cortados y acantilados costeros. Las poblaciones del ibis han sufrido un dramático declive a lo largo de los últimos siglos, provocado por la perdida de hábitat, persecución, contaminación por pesticidas y agricultura intensiva.
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